Análisis: Los seis puntos clave de la crisis en la selección Vinotinto

Análisis: Los seis puntos clave de la crisis en la selección Vinotinto

Reuters
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Un ambiente de vestuario roto; un equipo sin definir, cambio de rol de los jugadores; bajo rendimiento; un estilo sin evolución y la pérdida de su máximo referente Juan Arango, explican la debacle de la selección venezolana de fútbol.

Por María José Rey Palermo/EFE

Venezuela cerró el 2015 siendo última, sin puntos, en la clasificación de las eliminatorias sudamericanas a Rusia 2018, y con la incertidumbre sobre la continuidad de su técnico Noel Sanvicente.





Las cuatro derrotas de la Vinotinto ante Paraguay (0-1), Brasil (3-1), Bolivia (4-2) y Ecuador (1-3) son la consecuencia de un ciclo que comenzó con los tacos de punta.

El grupo no había tenido su primera concentración cuando Sanvicente envió un mensaje a través de la prensa: “Si un futbolista no está enganchado a la selección, que se vaya a vender perros calientes”.

Esta frase del DT salió de la primera práctica en Caracas con jugadores de la liga local en agosto de 2014. Y explica la forma en que Sanvicente maneja el vestuario.

Tras la última derrota frente al líder de las eliminatorias, Ecuador, en Puerto Ordaz, el seleccionador apuntó hacia los jugadores: “No veo el respaldo que necesita un técnico”.

La fragilidad de esta relación tuvo un condimento adicional tras la renuncia del capitán Juan Arango, máximo referente de Venezuela, antes del inicio de las eliminatorias.

“No tengo la motivación para seguir ayudando”, dijo Arango en rueda de prensa el 8 de septiembre de 2015. El desánimo en un ciclo que ya sumaba más derrotas que victorias, apartó al capitán a quien el técnico utilizaba como suplente y fuera de su posición en cancha.

La salida de Arango afectó al grupo que creció a su lado, viendo en el primer venezolano que jugó en la Liga española a un ídolo para emular. La Vinotinto quedó sin liderazgo.

El cambio de rol fue una táctica que se extendió más allá de Arango, y que tuvo consecuencias en el juego del equipo.

Tomás Rincón, pilar del mediocampo venezolano con funciones de marca, también fue exigido por Sanvicente para asumir un rol más ofensivo -ocupando la posición de 10-, lo cual rompió el equilibrio táctico que caracterizaba a la Vinotinto.

Tampoco funcionó utilizar a Franklin Lucena de central, quien jugaba junto a Rincón en la contención. Así como poner a Alexander González con el perfil cambiado en la lateral izquierda en la altitud de La Paz ante Bolivia.

Los experimentos de Sanvicente llevan de fondo el no tener un equipo definido a partir del cual generar su idea de juego.

El entrenador no ha repetido alineación desde que comenzó su ciclo en julio del año pasado, y esto interfiere con su intención de cambiar el estilo de juego.

Venezuela se caracterizó, durante el ciclo de César Farías, por el orden táctico y una sólida defensa. Mientras que Sanvicente afirmó querer “una selección atrevida”.

Su propuesta de ser más ofensivos ante la falta de gol de la Vinotinto, sin embargo, no tuvo una ejecución apropiada.

Sanvicente responsabiliza a los futbolistas que dirige por el resultado: “Seguimos cometiendo los mismos errores de hace 20 años”, ha dicho en repetidas ocasiones.

A pesar de ello, los jugadores no han roto filas y todavía evitan dar declaraciones que desaten polémica.

Errores puntuales en estos cuatro partidos de las eliminatorias, combinado con un bajo rendimiento de algunos jugadores han contribuido a un desempeño colectivo por debajo del nivel.

Venezuela ocupa la décima casilla en Sudamérica siendo la más goleada con 11 dianas recibidas y apenas cuatro a favor.

Las próximas semanas serán de expectativa ante la decisión de la Federación Venezolana de Fútbol sobre la continuidad de Sanvicente en el cargo, y el rumbo que tomarán cuando se reanude las eliminatorias en marzo de 2016.