Los comicios argentinos influirán de manera determinante en las elecciones venezolanas del 6 de diciembre, cuando se renueve la Asamblea Nacional. Encuestas y un clima generalizado de descontento permiten suponer que la oposición al gobierno de Nicolás Maduro –agrupada en la Mesa de Unidad Democrática, principalmente– obtendrá una buena performance electoral. Algo que se percibe incluso dentro del núcleo del chavismo y en sus sectores críticos. Ana Elisa Osorio –militante del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, ex miembro de su dirección, actual diputada del Parlasur por el chavismo y ex ministra de Medio Ambiente del fallecido presidente Chávez– hace críticas muy duras sobre el proceso que viene y anuncia que, de perder el chavismo las elecciones del 6D, pedirá la renuncia de la dirección de su partido y del gabinete del presidente Maduro. “Hay una situación económica bastante seria y está afectando a la población de un modo importante”, comenta la diputada en su despacho en el centro de Caracas.
–¿El presidente Maduro no está enfrentando bien la crisis?
–Con el presidente Chávez tuvimos una posibilidad abierta de realizar transformaciones. Lamentablemente se fue antes de lo que pensábamos. Al presidente Maduro le tocó una situación difícil, no estaba preparado para ella. Bueno, en realidad, nadie estaba preparado para esta crisis. Todos aceptamos la decisión del presidente Chávez en cuanto a su sucesor, era importante que fuera respetado quien pudiera seguir este proceso. Ahora, una cosa es ser el elegido del presidente Chávez y otra cosa es ser presidente, pues. Y esto no es una crítica al presidente Maduro, nos podría haber pasado a cualquiera de nosotros. Es muy difícil sustituir un liderazgo como el que tenía Chávez.
-Sin embargo, a pesar de sus críticas, usted no forma parte de la oposición.
–Yo me considero en la izquierda desde antes del chavismo. Vengo de la izquierda desde mi juventud y siempre me mantuve en esa perspectiva. A pesar de todos los problemas, no estamos como en la cuarta república. Eso es importante.
–Pero gran parte de la juventud se crió bajo el chavismo, no recuerda las “penurias” de la cuarta república.
–Eso es cierto. Y por eso se produce un clima de descontento muy fuerte. Además, es cierto que existe un boicot de la gran burguesía, de la empresa Polar, que recibe dólares preferenciales a 6,30 bolívares, no hay control sobre esos dólares, y después aparecen vendidos al precio del mercado negro, a la vez que los productos son vendidos al otro lado de la frontera. Esto sería la guerra económica. Pero aparte de esa guerra, hay ineficiencia, manejos inadecuados, tasas preferenciales en la cuestión cambiaria, que no sólo son aprovechados por parte de la burguesía, sino que hay una burocracia que maneja estos temas y que se sumerge en la corrupción. Y que produce luego una fuga de capitales. En la guerra económica no son sólo problemas exógenos, sino que hay un importante componente endógeno en el chavismo que le hace mal a nuestra economía.
–¿Qué pronóstico tiene respecto a las elecciones?
–No digo esto desde una concesión alguna a la oposición, que no tiene líderes ni programas, pero noto que las encuestas y las tendencias indican que, por lo menos, habrá un acercamiento entre los dos polos, pues, entre los chavistas y el polo de la MUD. Esto podría cambiar nuestro panorama. Ahora tenemos una mayoría, podríamos quedar en un empate técnico o por debajo, y cualquier cosa podría suceder el año que viene, incluso la convocatoria a un referéndum revocatorio. Podría haber mayor desestibilización todavía.
–Se nota que mucha gente dice que antes votaba por Chávez y que en estas elecciones directamente no irá a votar.
–Pero no dicen que van a votar por la oposición. El descontento está yendo hacia la abstención. A la vez que la oposición va a votar masivamente, porque ve la oportunidad de ganar. El opositor que no vota es loco, porque esta es la oportunidad de propinarnos un revés. Hay una situación de desgobierno. Recién hablaba con unas personas que viven en la frontera y que denunciaban que el ejército los reprime por llevar tres kilos de arroz. Si una persona lleva tres kilos de arroz, no se trata de que va a incurrir en el delito del “bachaquerismo”, de la especulación. Pero igual los reprimían. Pareciera que estamos en un retroceso político. Por eso los resultados del 6D pueden plantear un sacudón. Como cuando un chiquito se porta mal y se le da una nalgada para llamarle la atención y reacciona. Podría haber una posibilidad para reencausar el rumbo.
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