Los sistemas basados en controles absolutos, absurdos y sin sentidos, con el único propósito de ser populares y no exitosos, están destinados a fracasar.
La marea roja que vivió Europa a finales de los años 30 marcó una era que tuvo su final con la caída del muro de Berlin en 1989, claro ejemplo del fracaso de este tipo de sistema que tuvo que levantar un muro para evitar que las personas escaparan hacia el mundo libre a riesgo de perder la vida. Paradójicamente ese mismo año en Venezuela iniciaba un proceso inverso que, 26 años más tarde, nos conduciría a la crisis que vivimos actualmente en nuestro país.
Como dice la canción “Todo tiene su final”. El inicio del final de esta era de obscuridad para Venezuela y Sur América ha iniciado. La victoria de Maurio Macri el pasado domingo en los comicios presidenciales de Argentina es una prueba, a diferencia de aquella Europa del siglo pasado, de que hoy en día la tecnología permite que la información viaje en segundos y que el mundo presencie en directo cómo termina un modelo político errado, destructivo y empobrecedor.
Sin duda alguna los vientos de cambio se sienten en el ambiente. Buenos aires se respira en el país. A tan solo 10 días del 6 de diciembre la atención de toda Venezuela y del mundo se encuentran fijadas sobre las venideras elecciones parlamentarias. Hay una gran esperanza que está venciendo la desesperanza y el miedo que tratan de inculcar Maduro y todos su candidatos, cada vez que dicen que no es posible para la oposición democrática obtener un triunfo contundente y significativo. Pero todos sabemos que eso no es cierto, Venezuela cambiará para que todos tengamos un futuro mejor.
Las cartas están sobre la mesa. El PSUV con Maduro a la cabeza no han logrado entusiasmar a sus filas decepcionadas de tantos engaños, de tanta ineficiencia, y de tanta corrupción. Una señora me decía en uno de nuestros recorridos por la zona sur de Valencia que le estaban pidiendo un 1×10 en su concejo comunal para venderle un teléfono inteligente en Bs 3 mil. Yo le pregunté qué hizo, y ella respondió: “Aquí estamos agarrando todo, porque mi 1×10 está bien clarito por quien va a votar. Después del 6D esos locos no van pa’l baile”
Hay cosas que no se pueden tapar con un dedo, a pesar de que ofrezcan teléfonos o televisores hay problemas más profundo que el gobierno no ha querido descifrar, y es el sufrimiento de nuestra gente, la desesperación de las colas, el hambre, la incertidumbre de quienes necesitan medicamentos, el empobrecimiento rampante y el terror a la inseguridad que se lleva a nuestros seres queridos sin distingos de edad.
Es triste como muchas veces escuchamos cosas como: “-el problema es que tengo el dinero pero no hay en la bodega para comprar”. Esa es la crisis que vivimos los venezolanos, una crisis económica originada por la ceguera política, por el radicalismo sin razón, por los deseos de un grupo de imponer un punto de vista a trocha y mocha, que ahora se ha profundizado y ha generado una crisis social que nos costará muchos años superar pero, estamos seguro que lo haremos. Por eso la profunda necesidad de cambio.
El triunfo es nuestro, pero aún no hemos ganado. Debemos salir a votar tempranito, alistarnos para movilizar y defender nuestros votos. Ellos harán hasta lo imposible para no perder pero hagan lo que hagan somos más, somos una fuerza indetenible llena de espereza y ganas luchar. Unidos vamos a reconstruir a Venezuela, el futuro nos necesita a todos.
Aarón Rodríguez – @RodriguezAaron