Indígenas Wayúu de Colombia nombrados por funcionarios como “Cohito”, “Mariguana”, “Cositarica” o “Gorila” en sus cédulas de identidad a modo de mofa, cambiaron hoy esos polémicos nombres en una jornada de modificación del registro civil impulsada por el Ministerio de Justicia y la Registraduría. EFE
La iniciativa gratuita, desarrollada en La Guajira y que tuvo una edición anterior el 17 de este mes en ese departamento fronterizo con Venezuela, continuará el próximo enero en esa región, según detalló en Twitter la Superintendencia de Notariado y Registro de Colombia.
A los trámites desarrollados hoy asistió el ministro de Justicia, Yesid Reyes, que acompaña el proceso para corregir lo que se considera una grave violación del derecho al buen nombre de los Wayúu.
“Este es un acto de reivindicación de los derechos de la comunidad Wayúu. Cada persona de esta comunidad tiene derecho a tener el nombre que escoja y a que si en sus documentos este no aparece, ese cambio se le realice de manera gratuita”, afirmó Reyes, según un comunicado de su despacho.
La anómala situación, que según expertos pueden llegar a afectar a 5.000 indígenas, ha sido denunciada en numerosas ocasiones y ha sido incluso objeto de documentales y libros que relatan cómo funcionarios imponían a los Wayúu nombres como “Payaso”, “Bolsillo” o “Tarzán”, sin que estos pudieran defenderse por no saber español.
El ministro explicó que estas jornadas itinerantes se realizan ante la imposibilidad de que muchos indígenas que buscan cambiar de nombre puedan desplazarse, e indicó que en los últimos 8 días se hicieron 928 diligencias que corresponden a 454 mujeres y 474 hombres.
“Vamos a seguir pendientes de atender sus necesidades y de repetir las jornadas tantas veces como sea necesario para que obtengan sus documentos”, agregó Reyes.
Los nombres insólitos se asignaron sobre todo entre las décadas de los sesenta y noventa, principalmente en época de elecciones, cuando los políticos locales registraban en masa a indígenas para obtener su voto a cambio de bolsas de comida y falsas promesas, como hospitales o escuelas.