Un tiroteo perpetrado este viernes en un centro de planificación familiar del estado de Colorado, en el oeste de Estados Unidos, terminó con tres muertos, entre ellos un policía, y nueve heridos.
AFP
“Se trata de una terrible tragedia”, dijo en una rueda de prensa el alcalde de Colorado Springs, John Suthers. “Hemos perdido a dos civiles y lloramos la muerte de un valiente policía”.
El agente fallecido se llamaba Garrett Swasey, tenía 44 años y trabajaba en la universidad de la ciudad, confirmó el mismo centro educativo en un comunicado.
Las fuerzas de seguridad lograron detener al sospechoso del ataque tras más de cinco horas de asedio, en las que no dejaron de intercambiarse disparos.
El atacante se atrincheró en una clínica de Planned Parenthood, una de las organizaciones más importantes del país sobre planificación familiar y reproducción.
En medio de las ráfagas, los oficiales lograron evacuar el edificio, pero cuatro civiles y cinco policías resultaron heridos de bala.
“El estado de las nueve personas trasladadas (a centros médicos) es bueno”, señaló por su parte Catherine Buckley, portavoz policial de Colorado Springs, la segunda ciudad más importante del estado.
Las autoridades no proporcionaron todavía ninguna información sobre el sospechoso ni las razones que motivaron sus actos.
Uno de los principales objetivos de la investigación ahora es determinar si llevaba explosivos entre la munición que usó para asaltar el lugar.
“Estamos esperando a tener un entorno estable para que las fuerzas de seguridad intervengan, e inspeccionar los elementos que introdujo al edificio”, explicó Buckley en una rueda de prensa previa.
El presidente estadounidense, Barack Obama, fue informado de los acontecimientos de inmediato por su consejera de Seguridad Interna, Lisa Monaco, y esperaba conocer el desenlace, dijo una fuente de la Casa Blanca.
– “No dejamos de temblar” –
Vicky Cowart, presidenta de Planned Parenthood en las montañas Rocosas -la división que engloba el establecimiento de Colorado Springs-, afirmó que “la máxima prioridad es la seguridad de los pacientes y el personal”.
“Todavía no sabemos las circunstancias y los motivos de este acto criminal, y ni siquiera si el centro de Planned Parenthood era el blanco del ataque”, afirmó.
“Compartimos las preocupaciones de muchos estadounidenses sobre que el extremismo crea un ambiente envenenado que alimenta el terrorismo doméstico en este país”, agregó.
Los centros de planificación familiar, donde se llevan a cabo abortos, son a menudo objeto de la ira de los ciudadanos que están en contra de la interrupción de los embarazos, un tema que divide profundamente a la sociedad estadounidense.
Planned Parenthood se vio envuelta hace unos meses en una agria polémica por la difusión de unos videos en los que sus directivos hablaban de la venta de tejidos y órganos de fetos.
El Congreso ha intentado retirarle en varias ocasiones su financiación.
El tiroteo provocó un importante despligue de las fuerzas de varias agencias de seguridad, incluido un equipo de élite SWAT del sheriff del condado, además de un gran revuelo entre la población.
Quan Hung, propietario de un salón de belleza situado cerca del lugar atacado, pensó en un primer momento que se trataba de un robo porque al lado hay un banco.
“Vi muchos coches de policía y en cuanto salí (a la calle) oí tres disparos”, relató a la cadena CNN.
“Los agentes nos obligaron a entrar (al salón) y aquí llevamos dos o tres horas”, explicó el hombre.
Denise Speller, que también trabaja en un centro de estética, contó al diario local The Gazette haber oído entre 10 y 20 disparos en un intervalo de 10 minutos.
“Estamos muy asustados, no podemos dejar de temblar”, aseguró. “Por ahora estamos atrapados aquí”.
El último tiroteo más sangriento perpetrado en Estados Unidos ocurrió a principios de octubre cuando 10 personas fallecieron en un centro de estudios de Oregón (noroeste).