Definitivamente hay que felicitar al pueblo votante, por el logro obtenido este 6 de diciembre de 2015, tristemente nunca se sabrá cuál hubiese podido ser el resultado final, sin ese fraude aplicado en todas sus modalidades, antes, durante y después del evento electoral, y que de todos modos no impidió que la oposición obtuviese la mayoría calificada para las curules a la AN, y es convicción de muchos que si la elección hubiese ocurrido en circunstancias realmente libres y democráticas, el porcentaje total de votos en contra del régimen habría superado ampliamente la marca del 73%, tal como algunos estudios de campo lo demostraban a finales de la tarde.
Si, al pueblo se le debe felicitar pero no a la oposición, a la oposición solo se le podrá felicitar si eventualmente llegara a cumplir con su promesa estelar de campaña: el cambio.
Los votantes no sufragaron a favor de la oposición. Esto hay que tenerlo claro, los votantes lo que expresaron con su asistencia a las urnas, fue un profundo e irreversible repudio hacia el régimen de Maduro y sobre todo, un fervoroso deseo de cambio urgente, y ese mandato de la voluntad popular, no será otro que el de lograr un cambio en la conducción del estado, que esta oposición deberá acelerar o incluso precipitar en la medida de lo posible ¡es eso y nada más!
Pero eso no será lo que hará la oposición de la MUD en la AN, pues los flamantes diputados de la unidad seguirán una ruta del todo particular, que poco o nada coincide con los deseos y urgencias del país: elecciones regionales el próximo año, las municipales en el 2017, y las presidenciales en el 2019, esa es la ruta “rápida” de la cual, nada ni nadie, mucho menos el pueblo, los sacará.
En cuanto al revocatorio, la MUD dificulto que se encuentre interesada en promoverlo y es por una razón simple, esta gentuza no tiene apuro, porque calculan que lo único que podrá evitar una pronta debacle del régimen, es que este tome medidas necesarias y urgentes en el plano económico. Medidas todas impopulares y de alto costo político que la MUD no desea tomar, pero que sería algo que debería hacer, si tuviese que tomar el relevo del poder, en un plazo enojosamente corto.
Más bien, ante esta aterradora perspectiva para la cual se encontraría totalmente incapacitada, la oposición de la MUD se mostrará del todo dispuesta a tenderle una mano al régimen, para que pueda implementarlas: eso está en su interés, primero para no tener que adelantar una llegada al poder que no desean aún, y segundo, para poder cumplir con la hoja de ruta electoral hasta el 2019.
Este jueguito de estrategia política elemental, sería aceptable en cualquier otra circunstancia, si no fuera porque podría tener graves implicaciones, para un país que ya llegó al marasmo, al llegadero, y para el cual curas convencionales o tratamiento tópicos, ya no son aplicables.
Los escenarios que se plantean son los siguientes:
1. El país no aguanta ni podrá aguantar un agravamiento de las condiciones, las medidas que deberán tomarse, aun con un piso político concertado que proporcionaría la oposición de la MUD, serán insoportables para la masa y solo podrán aplicarse con fuertes dosis de represión que agravarían la impopularidad del régimen y afectarían también a la oposición en su aprobación popular.
2. Ante esto, Maduro podría optar por dos caminos: renunciar, y dar paso a un adelanto de elecciones, o huir hacia adelante e irse por la vía de la ruptura histórica y superar el “estado burgués” para imponer el Estado comunal, el verdadero testamento de Chávez.
3. La renuncia de Maduro al poder, abriría las puertas a una transición consensuada con la MUD, lo cual representaría la más grande estafa histórica imaginable, pues se trataría de una transición gatopardiana cuyo objetivo principal sería preservar el máximo tesoro de toda la clase política venezolana, de lado y lado: ese Estado rentista del cual vive y depende esa clase toda, y toda la oligarquía y todos los poderes asociados a ella, ese estado rentista que perpetúa la conveniente dependencia y sumisión del pueblo, ese estado rentista que impide la verdadera libertad, la verdadera democracia y nuestro desarrollo material y moral como nación realmente soberana. Se trataría de una falsa transición que más opuesta a un verdadero cambio no podría ser, y que solo retardaría la explosión/fragmentación final del país.
Recordar siempre que el Estado venezolano por legado de Chávez, se debe a La Habana y debe seguir manteniendo a Cuba, esto es muy importante, también para Barack Obama es importante que Venezuela siga sosteniendo a Cuba mientras se logre la transición “china-style”, con la colaboración desinteresada de la boliburguesía venezolana y de altos ejecutivos del sector inversionista/financiero de la MUD, a nadie le convendría una crisis humanitaria en Cuba con sus balseros y otras plagas indeseables, sobre todo a los demócratas del norte que necesitan tranquilidad para la transmisión de Obama a Clinton. Por lo tanto, la pseudo transición consensuada entre chavismo y MUD, contaría con la bendición americana y además cuenta ya con la bendición de bendiciones: la del vaticano y su agente itinerante (gestión ya adelantada).
4. Si Maduro optara por dar el gran salto adelante, e imponer el Estado comunal, para superar todo vestigio de geometría burguesa del poder heredada de la cuarta república, entonces presenciaríamos la neutralización ybypaseo de la Asamblea Nacional, y las gobernaciones y alcaldías, lo cual de paso le ahorraría al régimen, nuevas y molestas derrotas en 2016 y 2017.
Desde luego, esta hipótesis que representaría la ruptura histórica tantas veces pregonada por el Comandante, solo podría tomarse por asalto más que por “salto”, lo cual podría implicar, el tener que imponerse a sangre y fuego contra una parte de la sociedad, lo cual podría implicar a su vez la lúgubre posibilidad de la fractura de la Fuerza Armada y por lo tanto, de la instauración de un conflicto civil, de pronóstico y duración impredecibles.
Si algo podría equipararse a la apertura de la Caja de Pandora, es esta posibilidad que no debe descartarse.
Conciudadanos, nunca le encontraremos la salida al callejón en el cual nos metimos como nación, si esa salida no representa una verdadera transición del país, para superar definitivamente al Estado rentista y su ecosistema político y económico, y así poder enfrentar las transformaciones necesarias que restituyan orden, ley, república, libertad, democracia, y nos conviertan en un país verdaderamente productivo, capaz de producir riqueza y autodeterminarse, sin depender del estado.
Recuerden siempre que la clase política agrupada en el gran polo patriótico y la mesa de la unidad, nunca llegará al poder para servir al país sino para servirse de él. Para ellos, emprender el camino descrito en el párrafo anterior implicaría su suicidio en masa.
No, no felicitaré nunca a esta falsa oposición que no representa a nadie, y a ese pueblo esperanzado tras la gesta del 6D, solo resta decirle, que aún queda la tarea igual de importante, de hacer cumplir esa promesa ahora trasformada en mandato:
Un verdadero cambio para Venezuela.
Feliz comienzo de la Navidad.