Fue sorprendente el comportamiento de la población. ¡Ni siquiera los motorizados del régimen actuaron como en otras oportunidades! No se sintió la Diana del régimen a las 5 de la mañana en todo el país. No hubo las acostumbradas colas con gente disfrazada de rojo. ¡Les daba vergüenza apoyar al régimen abiertamente! Hubo una mayor disposición de la población (que no de los partidos) a defender los votos. En La Vega hubo un caso donde la gente de un centro impidió el acceso de autobuses llenos de gente llevadas a votar fuera de la hora del cierre. En Tovar, Estado Mérida, la poblada iba a linchar a unos funcionarios que consiguieron haciendo cedulas y manipulando maquinas electorales para fabricar votos (oír testimonio en http://tinyurl.com/qgtk3mh).
No es mi intención aquí minimizar en modo alguno el triunfo de aquellos sobre quienes ahora descansa la responsabilidad de generar un cambio en positivo para el país desde la Asamblea Nacional. Ellos eran simplemente las personas que estaban allí para endosarles esa URGENCIA de cambio político para el país. La gente ni sabía cómo se llamaban ni de qué partido eran. Simplemente usaron la tarjeta opositora en contra del gobierno. Pero ahora esos diputados tienen una seria responsabilidad que no pueden soslayar, que no es otra cosa que ponerle controles a un régimen que ha monopolizado a la fuerza todos los Poderes Públicos.
Pero lo más difícil será traducir en resultados concretos esa acción legislativa para que pueda verse manifiesta concretamente en la mesa y en los bolsillos de los venezolanos. Eso será un gran reto que deberán alcanzar esos nuevos diputados a partir de enero, corriendo el riesgo de defraudar las expectativas han levantado en los venezolanos. Y eso si es un reto importante.
Sin embargo, también hay otras expectativas no tan superficiales. Y son aquellas que derivan del respaldo al triunfo electoral originado en las Fuerzas Armadas. De acuerdo a la versión del periodista Emili Blasco (ver E.J. Blasco, ABC Internacional, El Alto Mando militar fuerza aceptar la gran victoria de la oposición en Venezuela http://www.abc.es/internacional/abci-alto-mando-militar-fuerza-aceptar-gran-victoria-oposicion-venezuela-201512070619_noticia.html?ref_m2w) las Fuerzas Armadas impidieron el fraude montado por el régimen (¿será por eso que Jesús Torrealba pidió un aplauso a los militares en su discurso de triunfo?) y planteado por Diosdado Cabello al pretender movilizar grupos paramilitares.
De acuerdo a Blasco: “La tensión comenzó a las 6 de la tarde, cuando de acuerdo con la ley electoral debían cerrar los centros electorales. El CNE anunció que las puertas se mantendrían abiertas durante una hora más (en ciertos lugares llegaron a ser dos). Ese tiempo fue aprovechado por el chavismo para fabricar votos en aquellos distritos donde con ciertos crecimientos podía arrebatar escaños, en centros donde la oposición no podía controlar esa irregularidad. Así, dos testigos opositores de un centro de Cabudare, en el estado de Lara, contaron que militares del Plan República les apartaron de sus posiciones y les mantuvieron incomunicados mientras chavistas traían a personas no pertenecientes a ese centro para votar. La oposición aseguró que eso ocurrió en unos doscientos lugares.”.
Este procedimiento es harto conocido por quienes hemos denunciado el fraude hasta la saciedad y por la oposición oficial, solo que en esta ocasión los militares no lo dejaron pasar. ¿Y si los militares no hubieran intervenido? Simple, se hubiera manifestado el fraude gigantesco que algunos esperábamos, con los militares enfrentándose el lunes en las calles a una población enardecida sabedora de su triunfo, con el consiguiente resultado sangriento por todos conocido.
Entonces, la cuenta pendiente por pagar la tiene la MUD con la población pero también con los militares. Será interesante ver como se moverá ese nuevo equilibrio en los meses por venir, ya que no hay nada más lejano de la realidad como un “triunfo” de la MUD sino de un reposicionamiento de las fuerzas políticas, con los militares actuando como el fiel de esa balanza.
¿Y cuál debería ser ahora la actitud de los venezolanos ante ese hecho? Exigir, exigir y exigir a aquellos que salieron electos el 6D enderezar el rumbo político más allá de controlar a unos comunistas que buscarán hacer lo imposible para destruir la gobernabilidad de Venezuela. Deberán encontrar la solución Constitucional definitiva a la destrucción institucional del país, logrando que el régimen se ajuste a la Constitución de 1999, derogando la Ley del Plan de la Patria. En otras palabras, hacer válidos los acuerdos firmados el 23 de julio donde se comprometieron a solucionar la crisis política de Venezuela en seis meses a partir de enero de 2016.
Tal vez sea demasiado pronto para saber si lo conseguirán pero eso sería el primer paso para el logro de una solución más estable y definitiva, que no es otra cosa que convocar con esa mayoría al Constituyente para rehacer el Pacto Social y reconstruir el sistema político del país, convocando a los venezolanos a una Asamblea Nacional Constituyente para la reconciliación, la reconstrucción y la paz.
Lo que se logró el 6D fue equiparar en poder dos fuerzas telúricas del país, que no son precisamente la MUD y el régimen, sino dos grupos importantes de venezolanos que hoy son irreconciliables. No se trata de que uno le pase por encima al otro como hizo Chávez en 1999, sino de construir el todo que es Venezuela entre todos, discutiendo los caminos que existen para ello. Ojalá que los políticos que hoy creen que “ganaron” lo entiendan así…
Caracas, 7 de Diciembre de 2015
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