La aportación de las mujeres al trabajo mundial es de un 52 %, pero ganan un 24 % menos que los hombres y apenas ocupan el 25 % de los cargos administrativos y directivos.
El informe de Desarrollo Humano 2015 de Naciones Unidas, presentado hoy en Adis Abeba, resume tajante al respecto: “En la mayoría de los países de todas las regiones del planeta, las mujeres trabajan más que los hombres”, pero están en desventaja en ambos mundo laborales, el remunerado y no remunerado.
Este año, el 72 % de los hombres en edad de trabajar (a partir de los 15 años, según el estudio) tenía un empleo, frente a solo el 47 % de las mujeres.
El 59 % del trabajo pagado se realiza fuera del hogar, y en este campo, la proporción de hombres es casi el doble que el de las mujeres (38 % frente al 21 %).
La situación se invierte en el caso del trabajo no remunerado, que en su mayor parte se realiza dentro del hogar y abarca una gran variedad de labores de cuidado.
En este campo, las mujeres representan el triple que los hombres, con un 31 % frente al 10 %.
Las mujeres realizan 3 de cada 4 horas de trabajo no pagado, en cambio, a los hombres les corresponden 2 de cada 3 horas de trabajo remunerado.
Tanto en países adelantados como en desarrollo, la proporción de hombres es mucho mayor en artes y oficios, operaciones de planta y maquinaria, y ocupaciones legislativas y de dirección.
En último este sentido, aporta otro dato: En 32 % de las empresas no tiene a ninguna mujer desempeñando un cargo de alta dirección. Cuando lo logran pueden llegar a ganar un 53 % menos de media que sus homólogos varones, como sucede en América Latina.
Ellas están más presentes en ocupaciones de cualificación media, como empleadas de oficina, trabajadoras del sector servicios y vendedores.
En todo el mundo, las mujeres realizan la mayor parte del trabajo de cuidados no remunerado (labores domésticas y cuidado de otras personas).
A causa de su “porcentaje desproporcionado” en este ámbito, tienen menos tiempo que los hombres para dedicarse a otras actividades, como el trabajo pagado, la educación o el ocio.
En una muestra de 62 países, los hombres dedican una media de 4,5 horas al día a la vida social y el ocio, mientras que las mujeres dedican 3,9 horas.
En los países en desarrollo, los hombres dedican casi un 30 % más de tiempo a la vida social y el ocio que las mujeres.
La administradora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Helen Clark, advirtió en la presentación del informe de que la sociedad necesita nuevas medidas como la paridad salarial, los permisos parentales remunerados y estrategias educativas que eviten la exclusión.
Subrayó especialmente las licencias parentales pagadas, una medida equitativa e incentivada que puede contribuir al logro de altas tasas de participación de las mujeres en el mercado laboral.
Por otra parte, el estudio, titulado “Trabajo al servicio del Desarrollo Humano”, señala que 830 millones de trabajadores pobres en el mundo que viven con menos de 2 dólares al día.
Más de 200 millones de personas, entre ellas 74 millones de jóvenes, están desempleadas, y 21 millones más realizan trabajos forzosos.
La globalización y los cambios tecnológicos están generando un mundo cada vez más polarizado en el que muchos trabajos de tipo rutinario -como los administrativos- tienden a desaparecer o ser sustituidos por ordenadores, y en el que cada vez existe menos seguridad.
Según la Organización Mundial del Trabajo, el 61% de las personas empleadas en el mundo trabajan sin contrato, y solo el 27% de la población mundial cuentan con protección social contra el desempleo.
El informe señala el “crecimiento verde”, es decir, la economía ligada a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, como la principal oportunidad de empleo y fuente de transformación de algunos trabajos.
Como ejemplo, señala que se necesitarán cerca de 45 millones de trabajadores sanitarios adicionales para cumplir con los objetivos mundiales de desarrollo en materia de salud. EFE