Quincallas, zapaterías, jugueterías y tiendas por departamentos están repletas de clientes en el centro de Guacara, que compran los estrenos y los juguetes del Niño Jesús a última hora. El Carabobeño
Las aceras son casi intransitables como era de esperarse. La Navidad llenó al centro de música, jolgorio y esperanza, fácilmente reconocibles en los rostros de los compradores y vendedores.
Hay muchos precios en la variedad de ropa, calzado y comida. El pan de jamón se oferta en mil 800 bolívares, pantalones de dama se venden hasta en 12 mil bolívares y franelas para niños se consiguen en dos mil 400 bolívares.
Las ventas en el negocio de Rosaura Machique son mejores en comparación con las del año pasado. El día apenas comienza pero por ahora la clientela se mueve bien, reconoció. Las cosas están caras y el cliente lo sabe, añadió.
Las carnicerías cerca de la plaza Bolívar también están llenas de clientes que buscan pechuga, pollo relleno, “muchacho redondo” y hasta pernil.
La policía ronda las calles para brindar seguridad. Mujeres y niños ocupan las sillas en las peluquerías y las ofertas de cualquier cosa están por doquier.
Los juegos digitales y modernos están escasos por el poco suministro de este año, reconoció María Tovar, dueña de una juguetería.
No llegó lo suficiente al puerto para cubrir la alta demanda de computadoras infantiles, DS, monopolios eléctricos y otros equipos demandados por los niños, añadió.