Las redes sociales representaron un nuevo paradigma en la relación entre las celebridades y sus fanáticos. La posibilidad de un contacto directo de los famosos con sus seguidores dejó en el camino a intermediarios (llámese medios de comunicación) y permitió que el vínculo fuera mucho más transparentes. Sin embargo, esta nueva modalidad de diálogo abrió una nueva puerta: aquellos imitadores que se hacen pasar por estrellas y, al menos en Twitter o Instagram, pretenden llevar la vida de sus ídolos.
Los llamados “Faker Celebs” son veinteañeros, treintañeros o cuarentones que decidieron crear una cuenta falsa de una celebridad y “vivir” su vida en las redes sociales como si fuera la estrella mundial.
La peculiaridad de estas personas es que ni siquiera intentan engañar a los demás ni hacerse pasar por las figuras. Desde un primer momento dejan en claro que se trata de una cuenta falsa y su uso responde a la mera diversión.
De la canción al escenario
Laura, una estudiante de 20 años, creó la cuenta de la cantante Perrie Edwards, de la banda británica Little Mix, llamada @FakePerrieLM. En ella, la joven comparte momentos de su vida, como si salieran de la boca y la propia experiencia de la artista.
Otro de los casos más resonantes es el de Christopher, que creó una cuenta llena de parodia del actor Bill Murray (@BillMurray) y recogió nada menos que medio millón de seguidores en menos
En su perfil de la cuenta lo deja claro: “Yo no soy Bill Murray. Es una cuenta en broma y no está relacionada de ninguna manera con Bill”.
Una de las cuentas falsas que más brilló a lo largo del último año fue creada por Sophie, una estudiante universitaria de California, que creó la cuenta de Twitter @KimKierkegaardashian, que es precisamente una mezcla de las personalidades del legendario filósofo Soren Kierkegaard y Kim Kardashian.
Para los especialistas, el uso de cuentas falsas responde a una necesidad exclusiva de atención. Elle Boag, psicoanalista de la Universidad de Birmingham, explicó: “La gente se siente muy sola a veces. No tienen un gran número de amigos en su vida y por eso necesitan escudarse en quienes ellos no son. Los famosos ya tienen cierto estatus, por eso, hacerse pasar por esa persona genera una suba en el autoestima”.
Por su lado, Judith Donath, especialista en las relaciones humanas mediante internet de la Universidad de Harvard, explicó: “En un mundo donde la moneda más importante es la atención, los famosos son los grandes ganadores. Si una persona normal dice una barbaridad, será condenada de inmediato. Si eso lo dice una celebridad, esos comentarios se matizarán. La gente busca sólo aceptación”.