En Venezuela hoy hay más presos políticos que en Cuba. Así lo confirma el cruce de datos entre la ONG venezolana Foro Penal y la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, dirigida por el disidente Elizardo Sánchez, que arroja unos datos sorprendentes: en el país sudamericano existen hoy 76 prisioneros por motivos políticos, frente a los 60 de la nación caribeña.
“De los 76 hay tres que representan una amenaza al gobierno revolucionario por ser líderes políticos”, detalla Alfredo Romero, director ejecutivo del Foro Penal. Se trata de Leopoldo López, dirigente nacional de Voluntad Popular (recluido en la prisión militar de Ramo Verde y condenado a casi 14 años de cárcel), Antonio Ledezma, alcalde mayor de Caracas (detenido desde hace 10 meses, en arresto domiciliario por motivos de salud y a la espera de juicio) y Daniel Ceballos, alcalde destituido de la fronteriza San Cristóbal (en su casa tras una huelga de hambre).
También entre rejas se encuentran tres diputados suplentes de la nueva Asamblea, que deberían estar en libertad gracias a su inmunidad parlamentaria. Uno de ellos, Rosmit Mantilla, es un conocido activista de los derechos de homosexuales. Manuel Rosales, ex candidato presidencial que se enfrentó a Chávez en 2006, regresó en octubre tras permanecer seis años en el exilio. También se encuentra a la espera de juicio.
El resto de los presos se dividen entre los que representan a colectivos sociales, los que fueron encarcelados para servir como ejemplo y “aquellos que justifican la propaganda del gobierno, como los dos últimos detenidos después de las elecciones parlamentarias”, añade Romero.
Otro dato que sorprende es el aumento de la persecución política desde la llegada al poder del “hijo de Chávez”. “Lo hizo de forma exagerada, pasamos de 10 a los 76 actuales”, confirma el director de Foro Penal. Las protestas opositoras del año pasado dispararon la represión policial, con más de 3800 detenciones y con 1861 procesos pendientes o con medidas de restricción de libertad.
La mayoría de los reclusos de la etapa anterior a Maduro son los policías y comisarios acusados tras el golpe de Estado de 2002.
Nota tomada de La Nación