En un estado abrumado por un aumento significativo en el negocio de la droga, la Policía de Bal Harbour se disponía a realizar una operación encubierta muy lejos de la Florida.
Por Michael Sallah y Antonio Maria Delgado / El Nuevo Herald
Después de varias semanas de entregar dinero de las drogas en un negocio pantalla en Miami, surgió un nuevo negocio a miles de millas de distancia en un país donde la guerra contra las drogas había cambiado: Venezuela.
Así las cosas, en vez de pedir asistencia a agentes federales, los policías de esta pequeña comunidad costera negociaron varios acuerdos de lavado de dinero de los que nunca informaron al gobierno federal.
Durante dos años, a partir del 2010, canalizaron millones de dólares en dinero ganado con el narcotráfico a cuentas bancarias de venezolanos, entre ellos William Amaro Sánchez, quien ahora es secretario privado del presidente Nicolás Maduro, según ha conocido el Miami Herald.
El dinero de las drogas lo enviaban a través de un conocido traficante de drogas, otro que se dedicaba a traficar con dinero en efectivo , y uno especializado en lavar dinero —un total superior a los $4 millones— al mismo tiempo que Venezuela surgía como un importante centro de trasiego de cocaína hacia Estados Unidos.
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