Isabel Allende describe con inquietud y angustia lo que ocurre por estos días -y años- en Venezuela. Pero no con bronca ni rencor. Es un país que, dice, ha cambiado mucho pero en su “situación política, porque los recursos naturales del país siguen siendo de los más grandes del mundo, la gente sigue siendo la misma gente, la naturaleza es la misma”.
“El chavismo es un sistema que ha destrozado el país, como lo destrozó la dictadura de Pinochet en Chile, y cambió a Chile para siempre”, afirmó la galardonada escritora chilena en una entrevista publicada en el sitio Runrun.
Sobrina del derrocado presidente Salvador Allende, presidente entre 1970 y el día de su muerte -3 de noviembre de 1973- , afirmó que, “como en tiempos de la Unidad Popular, el país se destrozó”. “No se requiere mucho para quebrar un país, pero así se recuperan también. Porque lo que es esencial, no se lo pueden llevar: su gente, los recursos”, agregó.
Isabel Allende es una de las más afamadas escritoras de Chile. Miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras desde 2004, obtuvo el Premio Nacional de Literatura de su país en 2010. Por si faltaba más, para muestra basta un botón: es considerada la escritora viva de lengua española más leída del mundo.
Consultada durante la entrevista sobre el racismo, señaló: “Cuando eres inmigrante siempre eres víctima de discriminación. Un inmigrante tiene que luchar más que la persona que pertenece al lugar, para ser aceptado. No tienes conexiones, no tienes a tu familia, ni a tus amigos, a tu tribu. Yo no he sentido discriminación como se siente en EEUU, porque llegué a casarme con un americano y no tuve que salir a limpiar baños, porque ya me mantenía sola. Pero cuando llegué a Venezuela (1973), huyendo del golpe militar en Chile, la situación fue muy dura”.
“Venezuela siempre fue un país que recogió gente, que acogía a los que venían de otros países escapando de la violencia, la miseria, y de las dictaduras. Venezuela era el país que tenía las puertas abiertas siempre, y ahora les toca a ellos irse”, lamentó Allende, que ya vendió 65 millones de ejemplares y cuyas obras fueron traducidas a 35 idiomas.