Las medidas anunciadas el martes por el presidente Barack Obama para aumentar el control de las armas de fuego ha polarizado a políticos y líderes de las fuerzas policiales del sur de la Florida, con algunos elogiando al mandatario por tomar las riendas del asunto, y otros criticando los planes “dictatoriales” que, según argumentan, interfieren con los derechos constitucionales de los ciudadanos.
El alcalde de la Ciudad de Miami, Tomás Regalado, aplaudió las nuevas reglas.
“Me parece positivo…los alcaldes de muchas ciudades llevamos años pidiendo unbackground check más intensivo”, dijo Regalado a el Nuevo Herald. “No infringe en la potestad de tener un arma como cualquier ciudadano”.
Uno de los puntos claves del nuevo plan de Obama busca obligar a las ferias de armas, los sitios web y los mercados de segunda mano a obtener una licencia federal para poder vender armas de fuego.
El Presidente también quiere hacer más riguroso el proceso de revisión de antecedentes. Para ello anunció la contratación de cientos de nuevo examinadores del FBI e investigadores de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF).
Aunque para ello deberá obtener la aprobación del Congreso para la petición de nuevos fondos en el presupuesto del año fiscal 2017, que comienza el próximo 30 de septiembre.
El plan de Obama plantea además implementar una tecnología dactilar para evitar accidentes, y de la inversión de $500 millones para el reconocimiento y cuidado de enfermos mentales; el suicidio es una de las principales causas de muerte por armas de fuego en Estados Unidos.
El alcalde de Hialeah, Carlos Hernández, dijo que el debate en Washington sobre la tenencia de armas suele convertirse en un tema extremadamente politizado, con posiciones partidistas opuestas, pero que en la práctica deben ser encaradas por los gobiernos locales.
“Como ex policía, sé de los problemas y la realidad que viven los oficiales cuando hay tantas armas de alta potencia en las calles. Por eso tenemos que buscar una solución.”, dijo Hernández. “Yo creo en el derecho a tener armas, pero responsablemente […]. No todo el mundo debe tener derecho a comprar armas de alto calibre, sin mayores restricciones. Muchas de esas armas están llegando a manos de los delincuentes. Hay personas con problemas mentales que no deben comprar un arma”.
De hecho, el 26 de julio del 2013, Hialeah sufrió una de las mayores masacres del sur de la Florida: Pedro Vargas, un diseñador gráfico de 42 años, mató a seis de sus vecinos. Creía que le estaban haciendo brujería y que iba a perder todos sus ahorros al probarse que acosaba de manera anónima a sus ex colegas de trabajo, de acuerdo con las investigaciones.
Durante una arriesgado allanamiento el equipo SWAT de Hialeah mató a Vargas y logró rescatar a dos rehenes que éste mantenía en un edificio del oeste de esa ciudad.
Tres años antes, Vargas se había registrado en un curso para aprender cómo utilizar armas de fuego y compró una pistola en Hialeah.
Un estado armado
La Florida es uno de los estados con mayor número de aficionados a las armas de fuego.
El estado batió en el 2015 su récord de venta de armas a particulares, tras haberse revisado los antecedentes de 885,000 compradores, 109,000 más que en el 2014, según informó el martes la Policía Estatal de la Florida (FDLE).
Solo en diciembre pasado, más de 137,000 personas se acercaron a diversas armerías en Florida para adquirir algún modelo.
Estos datos hacen referencia a individuos que intentaron comprar armas, lo que no necesariamente significa que se vendió esa cantidad.
Dentro del estado, Miami-Dade es el condado que ha otorgado la mayor cantidad de permisos para portar armas ocultas, con 94,752 peticiones aceptadas, de acuerdo con datos del 2013. Lo seguían Broward con 84,190 permisos y Palm Beach con 68,804.