Un vecino de la calle 6 del sector Cruz Verde, en Barcelona, llegaba a su casa ayer después de terminar su jornada laboral, cuando escuchó “un montón de disparos”. Así lo reseña eltiempo.com.ve / María Virginia Matute
El obrero no se quiso identificar por miedo a represalias, pero contó todo lo que había visto.
Aseguró que eran cerca de las 2:30 de la tarde cuando oyó las detonaciones y se asomó por una ventana de su casa a curiosear.
Mientras lo hacía, detalló cómo un joven corría para escapar de otro. El esfuerzo del muchacho fue en vano. Su agresor le dio un tiro a quemarropa en la cabeza.
Habitantes y familiares del joven corrieron hasta el lugar. Allí encontraron agonizando a Diego Javier Bravo Velásquez, de 19 años de edad, conocido como “el dieguito”. Lo subieron en un Chevrolet Cavalier a fin de trasladarlo a la emergencia del hospital Luis Razetti de Barcelona.
Cuando lo bajaron, ya el muchacho carecía de signos vitales.
En el sitio de la balacera había otros dos hombres sin vida. Uno de ellos era Mauricio José Bravo Velásquez (24 años), alias “el michu”, hermano de Diego. El otro respondía al nombre de Darwin José Reyes Pereira (25).
Diferencias
El testigo anónimo señaló que “el michu” era líder de una banda delictiva y los homicidas pertenecían a la de “los morochos”, que opera en el sector Chupulún de la zona rural del municipio Bolívar.
Frente al cadáver de Mauricio se encontraba el ama de casa Libia Méndez. Contó que vio a todo el mundo correr y también lo hizo. Cuando vio a su nieto, estalló en llanto.
La doñita reconoció que el joven estaba metido en problemas con la justicia, pero culpó a los funcionarios policiales de su muerte, pues nunca lo detuvieron. “A él lo agarraban preso, le quitaban plata y después lo soltaban. Lo prefería en la cárcel”.
El ama de casa relató que a Mauricio lo buscaban cada vez que ocurría un crimen en el sector. “A veces era él, pero cuando no, también le tocaba lo suyo. Ahora vamos a ver a quién le van a echar la culpa”, dijo.
Efectivos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) levantaron los dos cadáveres y los llevaron a la morgue del hospital capitalino.
Allí esperaban parientes desconsolados, quienes no quisieron declarar a los medios de comunicación.
Se conoció de una fuente policial que los integrantes de ambos grupos hamponiles habían robado, días atrás, un camión cargado de teléfonos celulares y accesorios.
Al parecer, en Cruz Verde se reunieron para repartirse el botín, pero los de la banda de “los morochos” no quedaron satisfechos con lo que les tocó y por eso se enfrentaron.