Ni bermudas, ni sandalias y mucho menos, polemizar sobre fútbol: los taxistas de Sao Paulo deberán cumplir a partir de este lunes un código de vestuario y conducta si no quieren ser sancionados por la alcaldía de la mayor ciudad de Sudamérica. AFP
En su lucha por regular las aplicaciones de taxis en el celular y la competencia de Uber, la autoridad sancionará con 35,52 reales (unos 9 dólares) a los conductores que, entre otras normas, no lleven el cabello y la barba bien arreglados o las uñas limpias.
El vestuario que estipula para los taxistas este decreto, promulgado a finales de diciembre, está compuesto por camisa, jean oscuro o pantalón de vestir, cinturón, así como zapatos y un blazer para los días de frío.
En el caso de los conductores de vehículos de lujo, deberán llevar smoking o traje con corbata.
Conversadores tradicionales, los taxistas tendrán que “evitar polémicas” relacionadas con el fútbol, política o religión, además de recibir al pasajero con “optimismo y alegría” y no decir palabrotas, según el decreto.
En el mismo sentido, los conductores serán sancionados si discriminan a algún pasajero, si no llevan cargadores de celular o si no ofrecen medios de pago electrónico.
Las aplicaciones móviles, de su lado, deberán ofrecer desde inicios de marzo un espacio para que el usuario valore la calidad del servicio. A partir de esas evaluaciones, los fiscalizadores del departamento de Transportes de esta megalópolis de 12 millones de habitantes podrán llamarles a comparecer ante la comisión de disciplina o, si la falta es grave, derivar en acciones legales.
Al igual que en otras ciudades del mundo, los taxistas de Sao Paulo se oponen a la implementación de la estadounidense Uber, el servicio de aventones remunerados, y llevan meses protestando contra los proyectos de la alcaldía para regular los nuevos servicios de transporte que se contratan a través de aplicaciones.