La fundación afín a Podemos asesoró a Chávez sobre encarcelar periodistas

La fundación afín a Podemos asesoró a Chávez sobre encarcelar periodistas

 REUTERS/Sergio Perez
Pablo Iglesias (REUTERS/Sergio Perez)

 

El diario ABC de España ha tenido acceso a una serie de informes escritos por la fundación afín a Podemos, CEPS, para el Gobierno de Hugo Chávez en los años 2010 y 2011. Los textos de esta ONG, a la que pertenecía toda la cúpula del partido, -empezando por Pablo Iglesias-, fueron pagados con dinero público, más de cuatro millones de euros entre 2002 y 2012, pero su único objetivo era perpetuar el chavismo y destruir a la oposición. CEPS no reconoce su autoría.

Encarcelar periodistas





El informe con fecha 5 de septiembre de 2011 estudia el impacto que ha tenido «la detención del director del semanario 6to Poder, Leocenis García». Los consultores políticos españoles consideran que es mejor ponerlo en libertad porque «esta detención no servirá de escarmiento a alguien que ya ha pasado una temporada encarcelado». Una vez asumido que no van a hacer escarmentar al periodista, creen más inteligente liberarlo para que no pueda «presentarse como una víctima, obteniendo una centralidad mediática y réditos políticos».

CEPS, el germen del que nacería Podemos, sostiene que la detención«deja abierto un flanco para la deslegitimación del Proceso a nivel internacional». Es decir, no hay que liberar al periodista porque no merezca estar en la cárcel, sino porque el encarcelamiento perjudica la imagen del chavismo fuera de Venezuela. En el capítulo de recomendaciones del informe, la fundación insiste en la «conveniencia de dejar en libertad al director del periódico 6to Poder», pero matizan «sin que ello suponga en ningún caso que no tenga que afrontar las consecuencias legales de sus actividades».

CEPS relata que «la decisión, quizás poco acertada (aunque solo fuera por la proporcionalidad entre el supuesto delito y la pena impuesta), de la jueza responsable del prolongar su detención ha anulado el impacto positivo de la decisión de reabrir el periódico».

Antidisturbios en las calles

Los informes de la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS) entregaba a Hugo Chávez están plagados de eufemismos. Es el caso del «Informe táctico» de fecha 2 de septiembre de 2011, que aborda«Reflexiones para el abordaje de expresiones callejeras de la conflictividad social». En realidad se refiere a cómo hay que reprimir las manifestaciones de la oposición.

Llama la atención de que los ideólogos de Podemos, que en España se muestran partidarios de suprimir las unidades de intervención policial, en Venezuela apostaran por los antidisturbios para disolver las manifestaciones de los opositores.

Los politólogos de CEPS consideran que «en el caso de formas extremas del conflicto en las que no quede más remedio que una intervención que reponga la autoridad del Estado, se sugiere la intervención del equipo de resolución de conflictos del Ministerio del Interior». Este lenguaje engolado y eufemístico continúa: los antidisturbios sirven para «minimizar la forma del conflicto reduciendo la magnitud del mismo». Los analistas de la ONG previeron que «en los próximos meses es previsible un incremento tanto en el número e intensidad (mayor virulencia) de las protestas en las vías públicas venezolanas, como en la percepción de su importancia». Los profesores españoles critican la «centralidad y sobrerrepresentación que se les asignará en la agenda mediática». Una de las medidas más claras y controvertidas del chavismo ha sido el control de los medios de comunicación para silenciar las voces de la oposición, como hicieran con Globovisión.

Críticas solo internas

Entre los informes entregados a Hugo Chávez por parte de CEPS, a los que ha tenido acceso a ABC, también hay uno que no fue mostrado a las autoridades chavistas. Se trata del «informe interno sociopolítico de Venezuela» que analiza lo acontecido en el país hispanoamericano entre el 1 y el 21 de mayo de 2010.

Al tratarse de un informe interno, tanto el lenguaje como el contenido nada tienen que ver con los informes entregados a Hugo Chávez, llenos de soflamas propagandísticas y recetas para manipular la información con el objetivo de perpetuar el chavismo. En este texto, su autora incluye un epígrafe titulado «situación económica» en el que recoge las evidencias que el chavismo -y CEPS a cambio de suculentos honorarios- pretenden enmascarar: «El extremadamente alto índice inflacionario, un 11,1% en los precios de alimentos y de las bebidas no alcohólicas, impactó fuertemente en las clases populares». La analista de CEPS refleja, sin tapujos, que«los sectores más desfavorecidos socialmente han tenido que renunciar a productos de la canasta básica (la cesta de la compra en España)». La fundación izquierdista constata que «la reducción de su poder adquisitivo (el de las clases populares) se acentuó durante las últimas semanas». Es más, la ONG ligada a Podemos recoge que «si a esto se le añaden los efectos de los cortes de luz y de agua a causa de la sequía, cierto colapso de los servicios públicos -la Administración pública no es precisamente el ejemplo de eficacia…-, el escenario de las próximas legislativas se está poniendo difícil».

«Maquinaria de Chávez»

El mismo informe, dedicado a resaltar las verdades del barquero del chavismo, pero de forma interna, sin publicidad, describe la falta de democracia existente en el PSUV, el Partido Socialista Unido de Venezuela, la organización política del chavismo, que en esa fecha, mayo de 2010, celebraba elecciones primarias.

La autora del informe de CEPS sentencia que «el PSUV, más que una maquinaria electoral en sí, parece una maquinaria de Chávez», al tiempo que critica la falta de democracia interna: «Se han hecho evidentes las situaciones de ventajismo lo que ha revelado los límites de la democracia interna». Otra critica que reprocha al chavismo la fundación ligada a Podemos es que entre los 110 candidatos a diputados que en esa cita seleccionaba el PSUV, «se aprecia una notable ausencia de mujeres, sólo 23, y de delegados de extracción obrera».

De esos 110 candidatos, 52 los nombraba a dedo Hugo Chávez, por lo que las primarias eran un tanto arbitrarias. Esta información era exclusivamente de consumo interno para CEPS.