Países como Marruecos, Túnez, Egipto, Jordania y Turquía confían en lograr este año la recuperación del sector turístico, afectado por la inestabilidad y la amenaza terrorista en estas regiones, de modo que pueda ser un factor generador de riqueza y empleo. EFE
A causa de la sensación de inseguridad derivada de los atentados terroristas perpetrados en algunos de estos países, su demanda turística descendió y algunas compañías del sector que operaban en ellos decidieron abandonarlos.
Representantes gubernamentales de Marruecos, Túnez, Egipto, Jordania y Turquía señalaron que el terrorismo es un problema global, al tiempo que confirmaban la puesta en marcha de medidas adicionales para garantizar la seguridad de los turistas.
En este sentido, lamentaron la percepción errónea que tienen los turistas acerca de sus países, ya que afirman ser también víctimas del terrorismo y no productores.
Los gobiernos de estos países están llevando a cabo un mayor control y vigilancia en aeropuertos, fronteras, hoteles, carreteras y lugares con gran afluencia de turistas.
Por ejemplo, el ministro de Turismo marroquí, Lahcen Haddad, explicó que estas medidas conllevan el aumento de la presencia de la policía y el ejército en “lugares sensibles”.
Su homólogo egipcio, Hisham Zaazou, aseguró que “se han destinado fondos adicionales” a la instalación de sistemas de videovigilancia en aeropuertos y complejos hoteleros.
En 2016 todos ellos pondrán en marcha planes de comunicación para convencer a los turistas de la necesidad de vencer el miedo y “ver por ellos mismos” lo que estos países “pueden ofrecerles”.
Para lograr esta recuperación de los visitantes, estos países apelan a la colaboración del sector privado después de que varias empresas hoteleras y navieras abandonaran los países que fueron víctimas del terrorismo yihadista.