Cualquier venezolano que sólo preste atención a los voceros del Gobierno y a los mensajes que emite el costoso aparato de propaganda del régimen, pudiera quedar desconcertado y terminar haciéndose esta pregunta ¿De quién es la culpa de la escasez, inseguridad, inflación, corrupción y del deterioro de los servicios públicos?
El Gobierno ha venido reforzando la estrategia de endosar a otros los problemas que ha causado su grosera ineficiencia para manejar el país. Ellos son los responsables del desabastecimiento, del alto costo de la vida, de la escalada de la violencia, del desastre de los servicios públicos y hasta de las epidemias, porque no han sabido controlar la aparición de enfermedades.
En su afán de desligarse de sus culpas, ahora pretende responsabilizar a la mayoría opositora de los males que afectan la calidad de vida de los venezolanos. El decreto de emergencia económica que el Parlamento rechazó con argumentos y en señal de justicia, era un instrumento para compartir con la Unidad el costo político y social de la debacle que parece acercarse a Venezuela.
Pretende hacer ver ahora que la oposición le dio la espalda al país al rechazar un decreto que no sólo es más de lo mismo que ya fracasó en Venezuela, sino que vendría a otorgar mayor poder al Gobierno para castigar al pueblo con más controles y el ajuste de los precios de la gasolina.
Si bien es cierto el costo de los combustibles en Venezuela es demasiado bajo, lo que no se justifica es que el Gobierno peche al pueblo con una gasolina más cara y se desconozca qué hará con los nuevos ingresos. Tomando en cuenta los precedentes que hay por los malos manejos administrativos, surge una duda muy razonable entre los venezolanos sobre el uso que le darán a ese dinero que pondrá el pueblo.
Buscan vender la idea que están cambiando, cuando sólo están huyendo hacia adelante ante la humillante derrota que les propinó el pueblo venezolano unido el 6D. De hecho no toman medidas, sino que van de acto en acto creando organismos que aumentan la burocracia y haciendo el simulacro de escuchar a los empresarios, pero en el fondo sólo ganan tiempo.
El modelo socialista fracasó y se niegan a admitirlo. No van a corregir nada y el precio del petróleo ya tocó los $21. Pero además el Fondo Monetario Internacional proyecta una inflación de 720% para Venezuela este año ¿Qué están esperando para actuar? La parálisis es otro misterio más de este régimen.
Finalmente ¿De quién es la culpa? Única y exclusivamente de un Gobierno malo con mayúsculas.
@PabloPerezOf