Venezuela sufre de una nueva epidemia que amenaza la salud y la vida de cientos de miles de ciudadanos, se esparce con mayor rapidez que cualquier virus que antes hayamos enfrentado. No hablamos del Zika, enfermedad que también nos acosa, sino de la ineptitud del gobierno, que potencia los posibles efectos de un virus que tiene al mundo en alerta.
El Zika es una enfermedad cuya rápida expansión por el continente y su potencial para convertirse en una pandemia global, mantiene en vilo a las autoridades sanitarias del planeta. La Organización Mundial de la Salud (OMS), y la ONU están estudiando declarar un alerta mundial por la epidemia. Mientras tanto las autoridades venezolanas insisten en obviar la realidad.
El boletín epidemiológico, creado para mantener una guía sobre cuáles eran las amenazas a la salud pública y para que los médicos tuvieran una herramienta que los ayudase a la hora del diagnóstico, se dejó de publicar en nuestro país desde el año 2014, pero esconder la realidad no inhibe a los mosquitos de propagar la enfermedad, ni protege a los fetos cuyas madres fueron infectadas de sufrir microcefalia, tampoco reduce el número de pacientes con Guillain-Barré, asociados al virus.
El ignorar las crisis, posponer las decisiones y tratar de ocultar las cifras o estadísticas ha sido una característica de este gobierno, que se ha acentuado durante el madurismo, que prefiere dar la espalda a los problemas que hacerles frente y tomar las medidas necesarias. Por esta razón la epidemia a la que debemos temer más los venezolanos es a la ineptitud que en numerosas ocasiones y en todas las materias ha demostrado la autocracia en el poder.
La Sociedad Venezolana de Salud Pública y la Red Defendamos la Epidemiología reportaron 404 mil 830 casos de posibles contagiados por el virus, cifra que podría incrementarse con el paso del tiempo. Por su parte, el Ministerio de Salud actúa de manera reactiva como es usual y ha comenzado un tímido programa de fumigaciones, insuficiente y alejado de en un plan serio para atacar la epidemia.
Mientras Brasil, Colombia y los países que están dentro del foco de la epidemia han declarado una alerta sanitaria, en Venezuela se aplaza la medida y no existen cifras oficiales que puedan guiar las actuaciones de las autoridades correspondientes. En definitiva, el Zika es un reto para América, mientras que en Venezuela el principal potenciador del caos es la ineptitud en la cúspide del poder.