Sin aire acondicionado, ni agua y mucho menos medicinas e insumos: en esas condiciones se encuentra el Hospital Universitario de Los Andes, en Mérida. Así lo constató el diputado José Manuel Olivares en una de sus auditorías de calle, esta vez, en la zona occidental del país.
Nota de prensa
“Mas de 1000 pacientes en lista de espera en el servicio de cirugía; más de 400 en lista de espera en oncología. No funciona tomógrafo, ni resonador y a esto se le debe sumar el déficit de medicamentos e insumos como en el resto de centros hospitalarios del país”, dijo el diputado por Vargas desde los pasillos del centro, que solo se sostiene gracias al compromiso del equipo de médicos, enfermeras y demás trabajadores que viven la escasez.
El hacinamiento es crítico. Camillas remendadas se alinean a lado y lado de los pasillos que con poca luz hacen la gráfica perfecta del drama del sector en Venezuela. “En emergencia entregan 4 yelcos -para tomar las vías- y reciben 40 pacientes”, explicó.
El presidente de la Subcomisión de Salud recorrió las instalaciones junto a Tomás Guanipa, diputado y Presidente de la Comisión de Medios de Comunicación de la Asamblea Nacional; el alcalde de la ciudad de Mérida; así como a otros parlamentarios: Carlos Paparoni, Carlos Basso, Alexis Paparoni y Milagros Valero.
“En esta nueva contraloría observamos el estado inhumano en el que se encuentran los pacientes. La falta de infraestructura. No hay agua, lo que agudiza la carencia”, comentó Olivares a la vez que señaló que en ginecología y obstetricia hay solo un quirófano funcionando y no cuenta con aire.
Mientras tanto, médicos y enfermeras, el capital humano que mantiene a flote al Hospital, aseguran que las condiciones ahora son sencillamente peores que en años anteriores. En traumatología, aseguraron que se reciben heridos por accidentes de moto de todo el occidente lo que está dejando “una gran cantidad de venezolanos amputados”.
“Las condiciones en el resto de hospitales deben ser peores”, dijo uno de los galenos a los Diputados, pues no se explica cómo se reciben tantos casos en las circunstancias en las que trabajan.
Entre el caos y los techos que literalmente se caen, el HULA lucha por sobrevivir, un ejemplo que, según Olivares, refleja la necesidad y urgencia de la Crisis Humanitaria en Salud.