Lapatilla
A pesar de la grave situación que viven los venezolanos, el presidente Maduro se niega a tomar las medidas necesarias para al menos intentar los graves problemas que han destruido la economía nacional.
El país parece no poder esperar más. Al dramático estado de empobrecimiento que sufren los venezolanos se unen los problemas de una infraestructura desactualizada que no garantiza servicios estables y confiables de electricidad, agua y comunicaciones.
La calidad de vida de los venezolanos está entre las peores del hemisferio. Maduro parece no entender las dimensiones del problema que tiene por delante. A lo mejor le conviene considerar seriamente poner su cargo a la orden de los venezolanos.