En el edificio Karla Karolin un grupo de propietarios se despertó ayer con el más amargo sabor a impotencia. El “café” de la mañana fue la noticia de que 17 carros fueron abiertos y hurtados dentro del estacionamiento protegido con cerco eléctrico, cámaras de video y vigilancia privada, reseñó Panorama.
Por Otto Rojas y Angelina Estrada
La residencia está ubicada en la calle 77 (5 de Julio) con avenida 3E.
Los vecinos se acostaron tranquilos a dormir la noche del martes de Carnaval; dejaron sus vehículos, como de costumbre, con la alarma encendida dentro del garaje y amanecieron este miércoles con sus automotores desvalijados.
Algunas de las víctimas hallaron sus carros, literalmente, “en cuatro bloques”, consiguieron el vehículo sin los cuatro cauchos, batería, volante, computadora, GPS ni bolsas de aire. Otros afectados, entre la ironía y la resignación, dijeron que “corrieron con más suerte” porque solo les hurtaron los faros y emblemas.
Los carros desvalijados son, todos, de modelos recientes. Chevrolet Aveo y Silverado, Toyota Corolla, 4Runner y Terios, Ford Explorer y Ecosport, y Kia Sportage.
El robo masivo más sorprendente en el Zulia en lo que va de año fue consumado en cuatro horas, entre la medianoche del martes y las 4:00 de la madrugada del miércoles, por un grupo comando de delincuentes integrado entre diez y quince hombres.
Funcionarios adscritos a la División de Vehículos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), informaron extraoficialmente que los delincuentes llegaron a la edificación entre las 12:00 de la medianoche y 12:30 de la madrugada, aproximadamente.
Los hampones se bajaron de dos vehículos con características desconocidas e irrumpieron al edificio por uno de los dos estacionamientos con que cuenta y que comunica con la calle 77 (Av. 5 de Julio). En este no violentaron ningún auto.
Ni la presencia del vigilante nocturno ni la decena de cámaras de video que estaban instaladas en cada uno de los rincones del edificio importó a los delincuentes.
De forma rápida y “organizada” se repartieron las funciones.
Unos se encargaron de ir directo hasta la garita para amordazar al custodio y llevarlo —junto a otros dos propietarios, que llegaban al edificio— hasta el salón de fiesta. Los hampones sometieron, además, a dos personas más que entraron minutos más tarde y los condujeron, bajo amenazas de muerte, hasta su apartamento. Ahí “arrasaron” con muchas de sus pertenencias. Se conoció que se llevaron joyas, dinero en efectivo y teléfonos celulares.
Mientras eso ocurría, otra parte del grupo de hampones caminó hasta el sótano del edificio, en la avenida 3E.
Ahí, rociaron con pintura las cámaras de video de vigilancia. Otras las desprendieron. Por si fuera poco el DVR (sistema de almacenamiento de las imágenes) fue sustraído de la garita).
Mientras las “moscas” estaban alerta ante la posible presencia de policías o propietarios en el lugar, los delincuentes perpetraban el crimen. Usaban radio transmisores.
Empleando herramientas y preguntando por teléfono a mecánicos, los hampones lograron sustraer cauchos, computadoras, bolsas de aire y emblemas. A las 4:00 am, aproximadamente, huyeron. Se llevaron los dos carros de los residentes que fueron sometidos. Una Ford Explorer y una Hyundai Tucson, recuperada en El Varillal por el Cicpc.
No descartan complicidad interna ni la participación de mecánicos por la rapidez con la que se perpetró el hecho.