La presencia en la Tierra de 2.550 minerales raros constituye una huella dactilar única que diferencia al planeta de todos los demás que existen en el cosmos, dijeron hoy los científicos que han catalogado por primera vez todas las variedades minerales.
Según los científicos Robert Hazen y Jesse Ausubel, que hoy publicaron en la revista American Mineralogist el estudio “Sobre la naturaleza y significancia de rareza en mineralogía”, que cataloga los 2.550 minerales más extraños del planeta, minerales como la fingerita, descubierto en El Salvador, o la amicita, diferencian a la Tierra del resto de planetas.
“Nuestra conclusión es que cada planeta que pueda existir con vida tiene una huella dactilar única de minerales, especialmente de minerales raros. Y es muy probable que los planetas sin vida, como Mercurio e incluso Marte, tienen condiciones minerales mucho más simples”, explicó a Efe el doctor Hazen, de la Institución Carnegie.
Hazen, que es también el director ejecutivo del Deep Carbon Observatory (DCO), un programa que estudia el carbono en la Tierra, añadió que esta es la razón por la que las exploraciones hasta ahora realizadas en la Luna o incluso Marte, a través de los rover, “no están descubriendo muchas sorpresas en mineralogía”.
Ausubel, director del programa de Medioambiente Humano de la Universidad Rockefeller, en Nueva York, añadió que la riqueza mineralógica del planeta Tierra está vinculada con su riqueza de vida y que un mundo más pobre ecológicamente se traduciría en la presencia de menos minerales.
“Es un concepto increíblemente fascinante que ha aparecido en la última década, la idea de que minerales y vida están absolutamente ligados. La vida en sí misma requiere minerales. No se podría haber iniciado la vida sin algunas de las propiedades químicas que los minerales proporcionaron en el inicio de la Tierra”, dijo Hazen.
“Y luego, cuando la vida aparece en la Tierra, crea nuevos nichos en los que nuevos minerales se forman. Minerales forman vida, la vida forma minerales. Por eso hablamos de coevolución. No se puede separar vida y minerales. Los dos dominios están tan ligados que casi no se pueden distinguir”, añadió el director de DCO.
De los 5.090 minerales (incluidos los 2.550 considerados raros) conocidos por la ciencia hasta el momento, menos de 100 componen el 99 % de la corteza terrestre.
Y según Hazen y Ausubel, más de dos tercios de las variantes minerales conocidas, “incluidas la gran mayoría de las especies raras, han sido atribuidas a cambios biológicos en el medioambiente cercano a la superficie de la Tierra”.
Hazen y Ausubel indicaron que los 2.550 minerales raros conocidos hasta el momento, son más únicos y preciosos que diamantes o gemas que se han convertido en el símbolo de exclusividad en nuestra sociedad.
Los científicos señalaron en su estudio que “diamantes, rubíes, esmeraldas y otras gemas preciosas se encuentran en numerosos puntos y se venden en cantidades comerciales y por ello no son raros en el sentido que utilizamos en este documento”.
Hazen puso como ejemplo el mineral ichnusaite, creado de forma subterránea por la mezcla de torio, un elemento radiactivo, y molibdeno. Hasta el momento, sólo se ha encontrado una muestra de este mineral en la isla mediterránea de Cerdeña hace unos pocos años.
“Si quieres regalar a tu prometido o prometida un anillo realmente único, olvida los diamantes. Regala un ichnusaite de Cerdeña”, bromeó Hazen.
Los científicos explicaron que algunos minerales son considerados raros porque aunque están compuestos por los ingredientes más comunes, “deben ‘cocinarse’ en condiciones controladas de forma exquisita”.
Los autores pusieron como ejemplo el mineral hatrurita, “formado por tres de los elementos más abundantes de la Tierra (calcio, silicio y oxígeno). Pero la hatrurita sólo se forma en un medioambiente muy restrictivo, de temperaturas por encima de 1.250 grados y la ausencia de otro elemento muy común, aluminio”.
Otros minerales son raros porque sus componentes son inusuales, como berilio, hafnio o telurio. En otros casos, simplemente porque se encuentran en lugares difíciles de acceder, como la Antártida.
Y finalmente, otros minerales son únicos por sus características. Un ejemplo son los minerales que Hazen y Ausubel llaman “vampiros”, como la edoylerita, un mineral que se desintegra cuando es expuesto a la luz. EFE