Venezuela, el día a día en un país al borde del colapso

Venezuela, el día a día en un país al borde del colapso

Foto: nytimes.com
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En Caracas, el agua potable es tan cara y escasa que mucha gente espera durante horas en la ladera de una montaña para llenar botellones en un manantial que corre hacia la autopista.

El Nuevo Herald





En el interior del país los cultivos de caña de azúcar se pudren y las fábricas de leche están paralizadas, mientras las personas cargan con bolsas de dinero para comprar alimentos en el mercado negro.

Aquí en Puerto Cabello, ciudad que alguna vez abasteció a la nación entera, todo está desolado. Donde antes había una docena de barcos en espera para atracar, solo se ven cuatro buques desde una antigua fortaleza que se construyó sobre una colina para proteger al puerto de los ataques marítimos.

Nadie podría saquear a Puerto Cabello hoy en día: no hay nada que robar.

Y todo está a punto de empeorar.

Es posible que la inflación llegue a 720 por ciento este año, la más alta del mundo. Los precios del petróleo, el alma de este país, se han derrumbado a cifras que no se veían desde hace más de una década.

He escrito sobre Venezuela todos los días de este mes. Publiqué crónicas sobre su gente, la economía, la cultura y otras peculiaridades en las que intenté expresar mi visión: la de un corresponsal recién llegado a cubrir este país.

En estos 30 días los momentos fugaces han sido los protagonistas: vi a los políticos gritándose durante la primera sesión del Congreso, conocí a los soldados que resguardan la tumba del ex presidente Hugo Chávez y recibí muchos correos de expatriados en los que expresaban cuánto anhelaban regresar a Caracas.

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