Juan José Moreno A.: La extraña “microcefalia” gubernamental

Juan José Moreno A.: La extraña “microcefalia” gubernamental

Por su propia naturaleza, testarudez, ceguera para entender lo que está a simple vista, y formación de sus principales agentes de soporte provenientes del mundo castrense, al régimen de Nicolás Maduro se le hace imposible afrontar con la lógica exigida la grave situación que ha creado a lo largo de estos trágicos 17 años para la nación venezolana. Son estos los síntomas de esa estrechez mental que caracteriza a una gestión, no precisamente originada por el terrible zika y su agente transmisor el mosquito “patas blancas.

Pero decimos que es extraña porque detrás de la incapacidad para gerenciar con el debido acierto en las
áreas fundamentales de la vida nacional, se hace cada vez más evidente la extraordinaria capacidad desarrollada por distintos funcionarios del régimen, para “invertir” en negocios en los que se está demostrando que hubo malversación de los fondos públicos con la correspondiente desaparición de los dineros que el Estado requiere para su necesario desarrollo y el enriquecimiento de quienes han tenido
responsabilidad en el gigantesco fraude al tesoro público que a cada momento es descubierto.

Miremos a nuestro alrededor para entender el origen de los males que hoy nos afectan: en primer lugar, no es secreto para nadie que nuestra principal industria, Pdvsa se encuentra literalmente en el suelo, devastada por completo, debido entre causas a la desviación de sus recursos hacia otras actividades totalmente alejadas a la razón de su creación; a la desatención de sus obligaciones de adopción y aplicación de las tecnologías que le permitan un manejo eficiente, y lo cual se traduce hoy, entre otras, en la necesidad de importar crudos livianos para mejorar la calidad de su propia producción, y a presuntos manejos dolosos que hoy son objeto de investigación por parte de la Asamblea Legislativa, donde se involucra al ex presidente de la estatal petrolera y ex ministro del ramo, Rafael Ramírez.

El gobierno anuncia medidas drásticas por la reducción de la capacidad de generación de energía eléctrica, y salen a la luz pública denuncias de multimillonarias cifras en dólares destinadas a la adquisición de equipos que fueron comprados pero no instalados. Se habla de más de 60 mil millones de dólares para la compra de 17 plantas termoeléctricas, de las cuales solo habrían sido instaladas 5 pese a la progresiva crisis de suministro energético en el país; mientras que, por otra parte, un cúmulo de las denuncias cuya investigación ha sido asumida por una comisión de la Asamblea, señala que el Gobierno venezolano ha realizado una serie de adquisiciones fraudulentas de equipos para el suministro de electricidad, entre las que se incluye la compra a Cuba de plantas usadas y de muy antigua tecnología, en operaciones donde personajes vinculados al partido de gobierno (bolichicos) obtuvieron fabulosas ganancias.

La situación del sector salud es de una gravedad extrema: los hospitales soportan una crisis sin precedentes en toda la historia de Venezuela, no hay dinero para reparar las instalaciones pública de atención a los pacientes ni para honrar los compromisos con los proveedores internacionales de medicinas, mientras en los tribunales de justicia cursa un juicio contra una reciente ministra de Salud, Eugania Sader, por la presunta comisión de tres delitos: peculado doloso propio, sobregiro presupuestario y asociación para delinquir.

No hay alimentos para la población del país y el Gobierno reconoce, en propias palabras del presidente Maduro, que la principal empresa a la que se encargó la comercialización de los productos, la cadena de supermercados Bicentenario, se convirtió en una inmensa fuente de corrupción que contribuye a agravar la
situación de desabastecimiento que hoy sufre la población. Sin embargo, en otra de esas medidas que la
población percibe como irracionales, Maduro insiste en que la comercialización de los alimentos en el país deberá quedar en manos del sector público. Y pese a que el problema radica en las dificultades para la producción de alimentos, medicinas y otros productos requeridos por la población, no hay anuncios que
indiquen de qué manera funcionará lo que llama el “motor para la producción”, mientras que amenaza con
expropiar a la Polar, la principal empresa productor de alimentos del país, supuestamente para imprimirle la gerencia que según él no ha tenido en manos de Lorenzo Mendoza. ¿Cómo les parece?

Y en una acción que podemos interpretar como la culminación de un proceso orientado a aumentar el poder militar sobre la conducción del país, se le está entregando nada menos que la mayor parte de las funciones más importantes de Pdvsa a una empresa de las Fuerzas Armadas (Camimpeg)especialmente creada para las operaciones medulares de la estatal petrolera. Y dígame usted apreciado lector, ¿cuál ha sido el rendimiento del sector castrense en las áreas de la administración pública que le han sido
encomendadas? Desde las finanzas, la seguridad, la energía y, tan desacertado como estas, la conducción
del parlamento nacional en manos de lo más antidemocrático que se pueda imaginar, como un Diosdado

Cabello, no hay una sola área de la administración pública en la que podamos decir que hayan rendido, y
sin embargo, son el principal apoyo del régimen- ¿Y cómo les parece también que en sus largas y aburridas peroratas, no termine tampoco el Presidente de definir, cómo frenará la inflación, cómo pondrá en marcha el sector de la producción de alimentos y medicinas sin materias primas y los insumos que necesariamente deben ser importado y cómo obtener las divisas ahora que no contamos con los reales del petróleo?

Definitivamente, con gente como esta, no se puede contar, por lo que diríamos como el diputado Luis Silva, “para cambiar un modelo fracasado, hay que cambiar un gobierno fracasado”; por lo que, agregaríamos ya es tiempo de activarnos nuevamente para lograrlo.

JJMorenoA

Exit mobile version