El primer ministro británico, David Cameron, avisó este lunes en el Parlamento que la salida de la Unión Europea perjudicaría a la seguridad y la economía, en una sesión que hizo patente la fractura conservadora.
AFP
“Dejar Europa amenazaría nuestra economía y seguridad nacional”, dijo Cameron en su comparecencia en el Parlamento para convocar la consulta, tras regresar de Bruselas donde logró una mejora de las condiciones de la pertenencia británica a la UE.
“Cuando se trata de los empleos de la gente, no basta con decir que todo irá bien de la noche a la mañana y que nos arreglaremos”, estimó Cameron, culpando a los partidarios de salir de no haber pensado detenidamente en las consecuencias.
“Creo que en las semanas venideras tenemos que estudiar detenidamente las consecuencias económicas que tendría irse”, afirmó.
“Somos un gran país, y tomemos la decisión que tomemos seguiremos siéndolo. Pero tenemos que elegir entre ser más grandes en una UE reformada o dar un salto a lo desconocido”.
Cameron aprovechó para lanzar un dardo a su colega conservador Boris Johnson, el alcalde de Londres, que se desmarcó de él y defendió la salida de la UE.
“No voy a optar a otro mandato, no tengo otra ambición que lograr lo que sea mejor para mi país”, afirmó sin mencionar a Johnson, cuyo posicionamiento fueron atribuidos por muchos observadores a cálculos políticos.
Johnson, con quien fue a la escuela y a la universidad, y uno de los políticos llamados a sucederle, anunció el domingo que pedirá el voto por la salida de la UE en el referéndum del 23 de junio.
Su rostro es el más conocido de los conservadores que han decidido apartarse de la línea del primer ministro -seguir en el bloque tras arrancarle concesiones para mejorar la posición británica-, pero a él hay que sumarle otros seis miembros del gabinete, entre ministros, secretarios y subsecretarios.
– La oposición echa una mano a Cameron –
Cameron respondió a varios diputados conservadores airados que defendieron la salida del país de la UE, y se encontró en cambio con el apoyo de los principales partidos de la oposición -laboristas y nacionalistas escoceses- en su defensa de la permanencia al bloque.
“El Partido Laborista y el movimiento sindical están abrumadoramente a favor de quedarse porque la UE ha traído inversiones, empleos y protección para los trabajadores y el medio ambiente”, dijo el líder laborista, Jeremy Corbyn.
Los términos han cambiado totalmente respecto al referéndum de salida de 1975, cuando los conservadores se mostraban europeístas entusiastas, Margaret Thatcher hacía campaña con un jersey con banderas de países europeos y los laboristas, en cambio, se destripaban.
Según el diario The Times, la mitad, aproximadamente, de los 330 diputados conservadores le darán la espalda a Cameron.
El diario The Guardian afirma por su lado que sólo los militantes conservadores de dos de sus 70 delegaciones locales están a favor de seguir en la UE.
– La libra cae por el referéndum –
El posicionamiento de Johnson le da a la campaña a favor de salir una personalidad considerada moderada, alejada de la percepción de la gente sobre Nigel Farage, el líder del antieuropeo Ukip, o del exlaborista George Galloway.
“Estoy encantando de que defienda salir de la UE. Es un gran político de campaña y un gran activo para la causa”, dijo Nigel Lawson, presidente de la plataforma “Vote Leave”, partidaria de abandonar la UE.
Pero los acontecimientos de las últimas 72 horas -la cumbre europea, el acuerdo con Londres, la convocatoria del referéndum y las declaraciones de Johnson- impactaron en la libra esterlina, que cayó su nivel más bajo desde marzo de 2009.
“Un cara a cara entre el primer ministro y el alcalde de Londres (cuando son del mismo partido) provoca inquietud considerable en el mundo de los inversores, y es por eso que abandonan la libra para buscar la seguridad relativa del dólar, al menos por el momento”, explicó Augustin Eden, analista de Accendo Markets.
Finalmente, la Comisión Europea anunció que no tomará parte en la campaña del referendo británico, a diferencia de lo que hizo en Grecia en julio de 2015, cuando se sometió al voto popular el acuerdo para un nuevo rescate financiero de los donantes internacionales.