Apreciado Sr. Milano:
En su artículo publicado en APORREA: “CAMIMPEG no es una “empresita militar”, ni un golpe de estado ni va a liquidar a PDVSA”, usted afirma lo siguiente:
“Se pretende con la creación de CAMIMPEG, que todas aquellas actividades que actualmente y para su normal operación, requieren las industrias mineras, gasíferas y petrolíferas (en manos del Estado), que a su vez son contratadas o sub-contratadas con terceros, pasen a ser contratadas directamente con CAMIMPEG. En otras palabras, CAMIMPEG está llamada a convertirse en el proveedor exclusivo de bienes, servicios y obras, que requieren para su normal funcionamiento las industrias públicas de los sectores mineros, gasífero y petrolífero”.
Apreciado Señor Milano. Con todo respeto le digo que esto que usted dice es totalmente imposible. Los servicios que se prestan a la industria petrolera en los diferentes sectores que la componen: exploración, producción, refinación, transporte y comercialización de hidrocarburos son de naturaleza altamente especializada. Por ejemplo: en exploración existen servicios de sísmica, magnetométricos, gravimétricos, de sedimentología, de registros de pozos, de petrofísica y para cada uno de estos servicios se requieren especialistas. En producción el número es aún mayor: empresas de perforación, de cementación de pozos, de pesca de herramientas (no con cordel ni caña), de evaluación de reservas, de oleoductos y gasoductos, de limpieza de tuberías, de contención de derrames, docenas o centenares de empresas especializadas. En refinación y las otras actividades, no se diga. Creo que usted habrá oído hablar de Schlumberger, Halliburton y Fluor, entre otros gigantes contratistas especializados. Hay miles, Sr. Milano.
Entonces, explíqueme usted: ¿cómo pueden unos militares sin entrenamiento especializado en estas actividades hacerse cargo de todos estos servicios? No comprende usted que solo serían unos simples y vulgares intermediarios entre PDVSA y los contratistas que saben hacer estas cosas y que tienen décadas de experiencia en hacerlas? Todo lo que va a suceder es que esta empresa se convertirá en un grupo de bolichicos con gorras, a fin de quedarse con una tajada de los pagos por servicios. Un vulgar intermediario, ni más ni menos. Esta empresa será otro nido de inmensa corrupción.
¿Puede un médico perforar un pozo petrolero? ¿Puede un geólogo hacer una operación de corazón abierto? ¿Puede Padrino López hacer un cálculo de reservas petrolíferas? ¿Puede un ignorante ser ministro de finanzas? ¿Debe PDVSA sembrar yuca y vender pollos? ¿Es lógico que un chofer reposero sea presidente?
¿No comprende usted que lo que nos está manteniendo en el foso, en la ruina, es que todos los chavistas quieren hacer lo que no saben, siempre y cuando allí es donde esté la plata?
Por favor, dejemos la locura, el despelote, el caos y la anarquía. Somos el hazmerreír del planeta. Tengamos el sentido común de ponernos a trabajar en lo que cada quien conoce. Venezuela no es el país de las maravillas, aquél de Alicia, en el cual todo estaba invertido. Es un país que no merece el infortunio de estar bajo las garras de tantos ladrones, narcotraficantes e ineptos.
Muchos saludos,
Gustavo Coronel