Se ha convertido en una situación tan común el escuchar que un amigo, vecino o familiar fue víctima de un atraco a mano armada, ya sea dentro de su casa, unidades del transporte público o en la calle, siendo este último modo el que se ha intensificado de manera considerable y con tal desfachatez que los asaltantes lo hacen a plena luz del día, muchas veces en presencia de numerosos testigos y hasta cerca de sedes policiales o militares, publica La Nación.
Incluso, en Táriba existen denuncias de constantes asaltos en los alrededores de escuelas y colegios; en Pueblo Nuevo, muy cerca del Comando de Zona 21; en la avenida Carabobo, adyacencias del Terminal de Pasajeros de La Concordia, Unidad Vecinal, Séptima avenida, solo para especificar algunos sitios.
Al consultar a funcionarios policiales y militares sobre este tema, que a diario conocen por su labor como autoridades, uno que otro confesó que, a pesar de portar un uniforme, cuando se lo quitan y salen a la calle como civiles, no escapan del temor que representa este clima tenso y de inseguridad que la persona “común y corriente” debe enfrentar todos los días. Aseguran que también temen por ellos y por los suyos.
“Sabemos cuándo salimos, pero no si regresaremos con bien. Lo que nos queda es encomendarnos a Dios y encomendar a nuestros seres queridos, para que nos proteja. Afortunadamente, aquí en Táchira no existe esa guerra a muerte que los delincuentes tienen contra todo lo que representa para ellos autoridad, esa venganza en contra de policías y militares que se ve en otros estados del país y que ha cobrado las vidas de tantos funcionarios en los últimos meses”, dijo uno de ellos.
“Pero no deja de ser una preocupación que te puedan atracar en cualquier sector de la ciudad, de día o de noche, seas funcionario o civil. Sí hay patrullaje, lo sé, yo participo en ellos, pero también sé que no es suficiente para tanto choro que hay en la calle”, reveló, al tiempo que prefirió, por no contar con la autorización de sus superiores para declarar sobre este punto, que su identidad se mantuviera en reserva.
Hay que denunciar
El accionar del hampa se ha vuelto si se quiere retador y descarado, pues muchas veces el delito que comete queda impune, lo que ha dado paso al intento de linchamientos de delincuentes, que aunque en el Táchira no se ha concretado ninguno, bien han habido pretensiones de hacerlo por parte de personas cansadas de ser víctimas de fechorías.
“El problema no es que se agarre a uno de estos hampones y se ponga a la orden del Ministerio Público, eso se hace a diario. El problema es que generalmente quedan libres, a más tardar en tres días. Muchas veces se burlan cuando nos vuelven a ver, porque más tardamos nosotros en redactar el acta policial, que ellos en quedar de nuevo libres, haciendo de las suyas”, precisó el vocero.