Carta de Leocenis García a Henry Ramos Allup

Carta de Leocenis García a Henry Ramos Allup

thumbnailleocenisgarciaEstimado Henry, la ley de amnistía es la institucionalización de una voluntad previa, valga decir, la del 06 de diciembre. Amnistía es por tanto, mandato de quienes consideran no a la víctima, no al personaje, sino a las “víctimas” en plural, en tanto y en cuanto, acoge, a los hechos. Una ley de amnistía no puede personalizarse porque, horada así su fundamento.

Amnistía, cesa la persecución política y , lo hace en virtud que, está ahí, como ordenador de lo que ha sido destruido, y es así, como amnistía hechos y no personas, porque esos hechos, en definitiva son la suma de voluntades del poder económico y, político, que se sirven de lo que actúa como justicia sin serlo, para la destrucción de la disidencia.

Querido amigo, como sabrás ya a estas alturas de mi vida,- casi llego a los 35-, es difícil que, me metan en ese saco, donde todos han de pensar igual, y hacer el triste papel de catadores de las pendientes del Papa, vieja práctica en la Iglesia desde que según, los novelistas una mujer se colara en el trono de San Pedro, lo cual obligó a comprobar si el elegido tenía atributos masculinos, tras lo cual se decía la frase: Duos habet et bene pendentes (en latín ‘tiene dos y cuelgan bien’).





En lo personal, -ruego disculpes el tono, pues no se esconden puñales tras mi palabras límpidas-, no necesito estar en esa ley,para ser lo que soy, un perseguido político de ese cobarde que, de cuando en cuando, aparece en televisión, haciendo el tristísimo papel del soplón y “él ve corre, y dile”. Así que a riesgo, de ser sacado definitiva,ente de ese proyecto paso a decirte algunas cosas.

Qué necesidad hay, a no ser que, se sea bien falta de sentido de común, para que el proyecto diga que en los hechos se amnistía las tenencias de drogas en ínfimas cantidades (que por cierto aunque no lo dice la ley, sembraron en muchos campamentos esos cobardes funcionarios de el Sebin al servicio del señor Rodriguez Torres que, también inventó que el cronista financiaba a Lorent Salethe y Julio Rivas, y recibía dinero, lease bien de, Álvaro Uribe).

Si se amnistía los hechos, qué necesidad hay de dar un argumento para que en efecto, la Sala Constitucional diga que, esa ley, amnistía delitos de lesa humanidad y , en consecuencia es anticonstitucional, dándole de comer a los lobos. Esto una vez que, dentro de las consideraciones de esos hechos se dan por cierto, delitos que, primero son incensarios enumerarlo a no ser que se quiera el suicidio de la ley.

Por ejemplo, ( a manera de simple ejemplo ilustrativo)si se amnistían los hechos a través de los cuales se persiguió a los actuales dueños de Globovision que, entiendo hoy, son unas hermanas de la caridad, qué necesidad hay que poner que son legitimadores de capitales, testaferros de Andrade, financistas de Ecarrí y consentidos del señor del “mazo”. Se amnistía los hechos, a secas.

El problema, de fondo es el siguiente, querido Henry: tú, yo, y el mundo saben que, esa ley no se aprobará por una realidad que sobrepasa a las mismas omisiones y torpezas de ley ( que las tiene), sino porque, sencillamente, el poder judicial no es un arbitro que, se haga valer, por los principios cardinales del derecho y, la misma constitución.

La Sala Constitucional se ha puesto, -en una atribución que se ha tomado a la ligera-, por encima de la constitución, sin someterse a ella, sino, por más escandaloso que suene, pretenden los magistrados de esa Sala, que la constitución se someta a las muy acomodaticias interpretaciones que hacen de ella.

Esa misma Sala Constitucional, a la que, se le va presentar una ley que tiene como principal punto importante los hechos liderados por López y compañía( que es el verdadero y único objetivo de la ley, ningún otro, pues lo demás ahí es cuña y papel), hará lo que hasta ahora ha hecho con todas y unas de las actuaciones del actual Congreso, reírse de ella , provocando frustración en los nobles sentimientos que, llevaron el seis de diciembre a votar por un país distinto.

Esa Sala Constitucional, pretende estar por encima incluso de otras salas, por ejemplo, la Sala Penal -disculpa el punto de información-, debe guardarse sus sentencias, enrollárseles bien enrrolladas y metérselas allá donde el Presidente Chávez le pidió a los medios que, se metieran su medios; esto, porque la Sala Constitucional cree, a costa del eufemismo de sus sentencias vinculantes ,estar por encima de la Sala Penal, Social, Electoral en el radio de sus competencias. Eso no es así.

Así las cosas querido, Henry, esa ley, hecha a la carrera debió estudiar los expedientes, para señalar los vicios constitucionales, dar un debate que, aunque terminara en el desconocimiento de la ley , por la Sala Constitucional, demostrara que esos casos se hicieron bajo el puñal del poder político y, económico.

Querido amigo, no se puede levantar una ley con un “ve, corre, y consúltale”, “ve, corre y anótale” . Sencillamente porque, si un equipo técnico considera que, Leocenis García, Pedro Pérez, José Peranlette o Juana de Arco no es, preso político, en consecuencia no debe estar en esa ley.

Ahora bien, cómo se sabe quién es un perseguido político.
Un perseguido político es toda persona que ha sido sometida a una acción de persecución por motivos políticos, cualquiera que sea su naturaleza, contra los principios y las Garantías Judiciales recogidas en laDeclaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en los tratados internacionales vigentes la República Bolivariana de Venezuela sobre Derechos Humanos, o contra las garantías judiciales fundamentales establecidas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Así que, cómo va la ley a intentar traer a quien le metieron un coscorrón en una marcha, a supuestos empleados públicos que, realmente algunos de ellos, fueron soberanos corruptos y, -lo que es peor-, algunos chavistas que, cansados de robar y, ante la soledad de sus camaradas del pasado, pegaron el brinco a la oposición.

No quiero alargarme con una ley que, tú y yo, sabemos no se aprobará porque la Sala Constitucional está hoy, por encima hasta de la propia constitución del 99, como esos viejos pastores protestantes que, se creen únicos interpretes de la biblia.

Estamos querido Henry, a las puertas de una guerra civil sin retorno. Como sabes, yo conozco exactamente, no académicamente la pobreza porque nací en el barrio el silencio de Maracaibo, tomé agua de arroz y agua de pasta, porque cualquier cosa que te imagines de pobreza extrema la viví. Al extremo que, vivo estoy de milagro.

No se le puede pedir tiempo a un pobre que, no tiene cómo comer en la mañana, arreglar el carro que usa para taxiar, o lo que es peor, no puede calmar el llanto del hijo que se queja por hambre.

Al paso que vamos, el país se va adelantar. Y sino lo hace el país, lo harán un grupo de señores que pretenderán decir que se insubordinarán por el bien el país, pero lo harán en su propio resguardo.

Como tú sabrás mejor que yo, por edad y por experiencia política , el Pacto de Punto Fijo, lejos de la basura que vende el chavismo, se hizo para evitar la guerra civil no para repartirse el país.

No cometamos más errores, el país no tiene tiempo. El tiempo se acabó.

Posdata: todavía me quedan muchas cosas en el buche.

Tu amigo, Leocenis.

Saludos a tu valiente mujer Diana y, tus hijos.