Colombia intensificó los controles migratorios en la frontera con Venezuela para mantener la seguridad y el orden en los pasos limítrofes, informó el lunes el Gobierno de Bogotá, seis meses después de que Caracas cerró unilateralmente varios cruces.
Las autoridades de migración comenzaron a exigir a todos los extranjeros que ingresen por la frontera con Venezuela pasaporte, visa de trabajo en caso de que estén vinculados laboralmente con una empresa en Colombia y cartas de invitación o reservas hoteleras para los turistas.
“Vamos a seguir trabajando para tener una frontera segura, moderna y beneficiosa para nuestra población. En este contexto, las medidas migratorias adoptadas por Colombia tienen como objetivo mantener el flujo regulado, seguro y ordenado en los pasos fronterizos”, dijo un comunicado del Gobierno de Colombia, que antes era más laxo en los controles migratorios.
Varios cruces de la frontera terrestre de Colombia y Venezuela, de 2.219 kilómetros, permanecen cerrados desde el 21 agosto, tras una orden del presidente Nicolás Maduro para combatir el contrabando y la presencia de bandas paramilitares en su país.
Aunque Maduro y su par colombiano, Juan Manuel Santos, se comprometieron a finales de septiembre a normalizar la situación en la frontera, que provocó una crisis diplomática y el retorno de miles de colombianos desde Venezuela, el cierre y las restricciones continúan.
El fin de semana, las autoridades de los dos países permitieron durante seis horas continuas el regreso de cientos de vehículos que se encontraban retenidos al otro lado de sus respectivas fronteras. Reuters