El mismo que Siria, un país «envuelto en una violenta guerra civil». Ése es el riesgo que presenta Venezuela para los inversores que quieran emprender un negocio o que ya estén presentes en esta nación, tal y como evidencia el mapa de los riesgos políticos 2016 elaborado por Aon. El trabajo, que esta compañía de gestión de riesgos y seguros lleva 19 años realizando, analiza 162 mercados emergentes y señala los países más problemáticos para las empresas, entre los que también están «estados fallidos» como Somalia, «regímenes opacos» como Corea del Norte, o naciones con «riesgo extremo de violencia» como Afganistán, publica El Mundo de España.
DANIEL VIAÑA
IRENE DE LA TORRE
Todas ellas, por lo tanto, tienen el mismo nivel de inseguridad, inestabilidad e incertidumbre que el país que preside Nicolás Maduro y en el que la presencia de compañías españolas es muy extensa: Telefónica, BBVA, Mapfre o Repsol, entre otras, están allí, y todas ellas han sufrido ya las consecuencias de las sucesivas devaluaciones del peso. Precisamente el de las divisas es uno de los seis apartados que se analizan en el informe y que, en todos los casos, arrojan la peor calificación posible cuando se trata de la República Bolivariana de Venezuela. Así, la única nación americana en la lista de países con un riesgo político muy alto suspende en la parte legal y regulatoria, en los problemas derivados del intervencionismo político, la violencia, la posible interrupción de la cadena de suministros y el riesgo a un impacto soberano.
De hecho, sólo la mencionada Somalia y Sudán del Sur tienen una mayor probabilidad de impago soberano, tal y como muestra el mapa. En concreto, ambas naciones africanas presentan más de un 6% de posibilidades de incurrir en un default, mientras que en Venezuela la cifra sobrepasa el 4%. Asimismo, la nación sudamericana destaca también en las probabilidades de que su Ejecutivo lleve a cabo una confiscación o expropiación con un 1,3%, cifra que está en línea con las que presenta Guinea-Bissau o Chad.
De vuelta al riesgo político global, la mayor parte de países que presentan las peores condiciones se concentran en África, que acumula un total de diez. Otros tres se encuentran en Oriente Medio, incluyendo a Siria, Irak y Yemen y sin contar con Irán, que este año ha ascendido hasta el nivel de riesgo alto gracias al «levantamiento de las sanciones». Europa cuenta con una nación, que es Ucrania, y Asia aporta otras dos:Afganistán y Corea del Norte.
Un escalón por encima están Argentina, Bolivia y Cuba, países todos ellos en los que hay compañías españolas haciendo negocios. En el caso de la isla del Caribe, el informe señala como una situación positiva el proceso de aperturismo iniciado por la República aunque todavía cuenta con problemas notables de divisa, intervencionismo político o probabilidades de un impago soberano.
Brasil, por su parte, obtiene una calificación de riesgo medio pero los responsables del documento destacan que el país «acoge las Olimpiadas en el momento más intenso de recesión de las últimas décadas». En este sentido, Aon apunta que «la situación de estancamiento entre los partidos políticos ha dejado las políticas fiscales y económicas en una situación de limbo», al tiempo que afirma que «el incremento de la tasa de desempleo y la caída de los salarios está afectando tanto a particulares como a empresas», entre las que sin duda también se encuentran muchas de origen español.