Barack Obama se dirigió este martes a los cubanos en un discurso televisado muy esperado en la isla comunista, que por primera vez en 88 años recibió a un presidente estadounidense.
“Florida queda solo a 90 millas de La Habana pero para llegar hasta aquí tuvimos que superar mucho (…) esa corta distancia ha sido cruzada por miles de exiliados cubanos y que llegaron a EEUU buscando la libertad a veces dejando a sus seres queridos”, dijo.
El mandatario estadounidense ofreció el saludo de la paz a los cubanos e indicó que con el restablecimiento de relaciones, busca dejar atrás los vestigios de la Guerra Fría.
Resaltó los acuerdos para lograr el servicio de correos, vuelos directos, planes en sistemas de salud y educación. “Mucha gente se pregunta por qué ahora. Tenemos que reconocer que una política de alejamiento en la Guerra Fría yo no funciona hoy. No debemos tener miedo a los cambios, tenemos que acogerlos. Creo en el pueblo cubano”.
“El principal capital de Cuba es su pueblo”, afirmó ante los presentes, donde estuvo Fidel Castro. “Hemos quitado las limitaciones de las remesas para que los cubanos tengan más recursos”.
“Las personas deberían expresarse libremente y sin miedo”, añadió Obama respecto a las libertades en ese país.
Explicó que solicitó al Congreso levantar el embargo, pero incluso si se levanta, los cubanos no verán su potencial si no hay cambios en su país. “Los cambios dependen del pueblo cubano. Cada pueblo debe forjar su propio destino (…) El futuro de Cuba tiene que estar en las manos del pueblo cubano”.
“Usted no necesita tener miedo de una amenaza de Estados Unidos y no deben tener miedo a las voces diferentes en el pueblo cubano. Al igual que ustedes también confío en que Cuba seguirá teniendo un papel importante en el mundo y lo hagan como socio de Estados Unidos”, expresó dirigiéndose a Castro.
El primer mandatario estadounidense aseveró que es hora de olvidarse del pasado y mirar hacia el futuro aunque no será fácil y habrá retrocesos, por ello la importancia de “hacer el viaje juntos”.
Tres días de visita
“El discurso es muy importante porque será la ocasión en esta visita de hablarle directamente al pueblo de Cuba”, dijo más temprano Ben Rhodes, asesor en política exterior de Obama.
Obama habló en el Gran Teatro de La Habana con capacidad para 1.300 invitados. El corazón turístico, adyacente al lugar, lucía particularmente vacío en la mañana del martes. Las fuertes medidas de seguridad restringieron al máximo la circulación de vehículos y personas.
Luego el presidente hablará con los disidentes, que el domingo, horas antes de la llegada su llegada a la isla, enfrentaron una ola de arrestos temporales tras una protesta.
“Con este encuentro el presidente Obama va a transmitir o a expresar un claro mensaje de reconocimiento humano y de apoyo a nuestros pacíficos esfuerzos”, dijo a la AFP Elizardo Sánchez, de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
Obama y Castro anunciaron en diciembre de 2014 la normalización de sus vínculos, tras medio siglo de enfrentamiento de la Guerra Fría. El 20 de julio de 2015 restablecieron las relaciones diplomáticas, rotas desde 1961.
El viaje de Obama a Cuba, con su esposa Michelle y sus hijas Malia y Sasha, es una coronación simbólica de ese proceso.
Cambios
Obama y Castro se comprometieron a profundizar la relación de sus países, poniendo a un lado sus diferencias.
En una reunión el lunes, en el emblemático Palacio de la Revolución, abordaron los temas sensibles de la relación, y uno de ellos, el respeto a los derechos humanos, saltó al debate público dentro de Cuba.
Después del episodio del domingo, Berta Soler, presidenta de la organización Damas de Blanco, denunció nuevas detenciones y dijo que intentará asistir al encuentro con Obama, pese a que la sede de la organización está bajo vigilancia policial.
“Voy a intentar salir para allá, vamos a ver si me dejan llegar”, comentó a la AFP.
Durante la rueda de prensa conjunta que dio con Obama, Castro, visiblemente agitado, negó que en Cuba haya presos políticos. La conferencia fue transmitida en directo por la TV cubana.
“Dame la lista ahora mismo de los presos políticos para soltarlos, menciónala ahora”, exclamó Castro.
Pese a la tensión de ese intercambio, el mismo hecho de ofrecer una conferencia de prensa conjunta en La Habana significó un cambio, según Obama.
“La rueda de prensa es quizás la primera vez en que Raúl Castro ha estado frente a la prensa, no solo la de Estados Unidos, sino la de Cuba, y ha respondido preguntas”, comentó más tarde Obama en una entrevista con la cadena ABC.
“Esto nunca habría pasado si no hubiésemos cambiado nuestra política”, añadió.
“El objetivo del diálogo sobre derechos humanos no es que Estados Unidos le dicte a Cuba cómo debe gobernarse, sino asegurarnos de que tenemos una conversación franca, honesta sobre este tema, y de que podamos aprender los unos de los otros”, dijo.
Sobre el embargo que Estados Unidos impuso a Cuba en 1962, Obama aseguró que “va a terminar”, aunque matizó “lo que no sabemos es cuándo”.
Pese a que Obama ha emitido decretos para aliviar el embargo, solo el Congreso dominado por la oposición republicana puede levantarlo.
“Le dije (a Raúl Castro) que durante 50 años usaron el discurso de la agresión de Estados Unidos, o de sus intenciones en cambiar el régimen, como excusa para no permitir la disidencia en Cuba”, indicó Obama.
“Pero con la normalización de relaciones esa excusa desaparece. Le dije que no podemos forzar los cambios en Cuba, pero lo que sí podemos hacer y seguiremos haciendo es defender los derechos que consideramos universales”, añadió.
Como epílogo feliz de esta inédita visita, la familia Obama debe acudir este martes a un partido de béisbol entre la selección de Cuba y los Tampa Bay Rays, de las Grandes Ligas, en el que se espera que también esté Raúl Castro.
Con información de AFP