Jalid El Bakraui, el hombre identificado el miércoles como el suicida que se hizo explotar con una bomba en el metro de Bruselas, es el vínculo que sugiere que miembros de una misma célula islamista están detrás de los ataques de noviembre en París y los de Bruselas del martes, en los que murieron 31 personas.
Reuters
El grupo parece haberse conformado en prisiones belgas y combates en Siria. Bélgica, donde un 5 por ciento de sus 11 millones de habitantes son musulmanes, tiene la mayor tasa de ciudadanos en Europa que se unen a las milicias islamista en Siria.
Jalid y su hermano Ibrahim, que se hizo estallar en el aeropuerto de Bruselas, ya eran conocidos de las autoridades por delitos violentos.
Jalid, de 27 años, fue sentenciado en 2011 a cinco años de cárcel por robo de automóviles. Ibrahim, de 30 años, fue encarcelado en 2010 por disparar con un fusil Kalashnikov a la policía tras un robo. Liberado en 2014, estaba siendo buscado desde mediados de 2015 por violar su libertad condicional.
Según el diario belga La Derniere Heure, Jalid, que usaba un nombre falso, alquiló un piso en la ciudad de Charleroi que algunos atacantes de París usaron como base. También arrendó otro apartamento en el distrito de Forest en Bruselas, que fue escenario de un tiroteo la semana pasada después de lo que la policía pensaba que sería un registro rutinario.
El tiroteo del 15 de marzo probó ser un momento clave en la investigación de los ataques de París, en el que murió el argelino Mohamed Belkaid, uno de los sospechosos.
Las autoridades también encontraron una huella de Salah Abdeslam, quien sería capturado tres días después, y que es el único sospechoso de los ataques de París que ha sido detenido.
Abdeslam y Belkaid se conocían al menos desde hace meses. Los dos y otro hombre, Nayim Laachraui, que había viajado a Siria en febrero de 2013, fueron detenidos en un Mercedes en un puesto de control cuando cruzaban de Hungría a Austria en septiembre, pero fueron liberados.
La policía que ya buscaba a Abdeslam publicó en diciembre un una foto de ambos en una tienda para conseguir información.
Belkaid viajaba con documentos falsos con el nombre de Samir Buzid.
Laachraui, un belga de 25 años, alquiló una casa, también con nombre falso, en la ciudad belga de Auvelais que fue registrada el 26 de noviembre. Se encontraron restos de su ADN en viviendas usadas por los atacantes de París el año pasado.
Laachraui estudió ingeniería eléctrica y es sospechoso de haber fabricado las bombas de París y posiblemente las que explotaron en Bruselas.
Aparte de haber viajado con Abdeslam, Belkaid puede estar ligado a los ataques de París a través de quien se sospecha que fue el cerebro de los ataques, Abdelhamid Abaaud, un belga que murió junto a su prima en una redada en el distrito parisino de St Denis el 18 de noviembre.