La guerrilla colombiana del ELN, que este miércoles anunció junto al gobierno de Colombia el inicio de un proceso de paz tras medio siglo de lucha armada, nació inspirada en la revolución cubana y marcada por una fuerte influencia religiosa. AFP.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), surgido en 1964, tiene entre sus fundadores y figuras más emblemáticas a los sacerdotes Camilo Torres (1929-1966) y Manuel Pérez (1943-1998), exponentes de la Teología de la Liberación (TL), una corriente nacida en el seno de la Iglesia católica en Latinoamérica con énfasis en el acercamiento a los pobres.
Pero además de estos religiosos, y de otros seguidores de la TL, este grupo guerrillero está conformado desde sus inicios por sectores universitarios y miembros radicales del Partido Liberal colombiano, seguidores de Ernesto “Che” Guevara.
Actualmente, el ELN es la segunda guerrilla colombiana después de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc, comunistas), con unos 1.500 combatientes, según el gobierno, y centra su influencia en zonas mineras y petroleras del país.
Su comandante, Nicolás Rodríguez Bautista, más conocido como “Gabino”, pertenece al grupo rebelde desde que era un niño de 12 o 13 años, y ha promovido bajo su liderazgo una agenda nacionalista y centrada en el control de los recursos naturales del país.
Integrante del Comando Central (COCE) del ELN junto a los comandantes Eliécer Herlinton Chamorro Acosta (“Antonio García”), Israel Ramírez Pineda (“Pablo Beltrán”), Gustavo Aníbal Giraldo Quinchía (“Carlos Marín Guarín” o “Pablito”) y “Ariel”, todos en la clandestinidad, “Gabino” ha reiterado en numerosas ocasiones su deseo de entablar negociaciones de paz con el gobierno.
Las pláticas en fase secreta con los representantes del presidente Juan Manuel Santos se iniciaron en enero de 2014, pero recién ahora habrían alcanzado una hoja de ruta para instalar una mesa formal de pláticas.
Según fuentes militares, el ELN tiene fuerte influencia en diferentes zonas de Colombia, en particular fronterizas con Venezuela, como los departamentos de Arauca (este) y Norte de Santander (noreste), y con Ecuador, como Nariño (sur), pero también en el centro del país, en Casanare, Boyacá y sur de Bolívar, así como en el Chocó (noroeste) y Cauca (suroeste).
Y aunque décadas atrás esta guerrilla se negó a financiarse con el narcotráfico, informes académicos y militares han involucrado al ELN en el cultivo de hoja de coca y la producción de cocaína. También se lo ha señalado como intermediario en el desarrollo de la lucrativa minería ilegal.
Por otro lado, el ELN ha secuestrado en los últimos años trabajadores de multinacionales mineras y petroleras, a la vez que ha cometido atentados contra infraestructuras de estos sectores, en rechazo a que compañías extranjeras exploten los recursos naturales del país.
Estas prioridades del ELN difieren con las que llevaron a las Farc a la mesa de negociación que mantiene desde noviembre de 2012 con el gobierno colombiano en La Habana, por lo que analistas han opinado que es preferible llevar los dos procesos de paz en paralelo, pero aparte.
Esta guerrilla ha realizado sin éxito en el pasado dos intentos de paz: uno a principios de los 1990 con el entonces presidente César Gaviria (1990-94), y otro durante el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010), actualmente senador.