Para el ingeniero Nelson Hernández, el Ejecutivo nacional se comió el tiempo y no dispone de suficientes recursos económicos para minimizar los efectos de la crisis eléctrica que empieza a afectar a miles de venezolanos en todo el territorio nacional, en cortes eléctricos no programados cada vez más frecuentes en las últimas semanas, publica Correo del Caroní.
El descenso del embalse que alimenta a la central hidroeléctrica Simón Bolívar en Guri, estado Bolívar, y que al 29 de marzo ubica la cota a 89 centímetros de la zona de colapso arriesga la operatividad de ocho turbinas de la casa de máquinas II de la central y oscurece el panorama en el corto plazo.
De llegar a apagar ocho turbinas de Guri, se dejarían de generar 3 mil 800 megavatios (MW) con efectos en la generación de las centrales hidroeléctricas del Bajo Caroní, Caruachi y Macagua, que recibirían 4 mil metros cúbicos de agua por segundo menos, afectando su potencia.
Serían más de 6 mil MW menos en generación hidroeléctrica, estimó el especialista miembro del Grupo Zuloaga, consultor en eficiencia energética. El monto equivale a más de “tres veces la demanda de la ciudad de Caracas”.
-¿Se puede hacer algo en este momento para minimizar las consecuencias?
– No hay mucho que hacer porque lo que se debió haber hecho fue hace seis meses atrás. El punto es que por más que hagas en el campo de la termoelectricidad, no vas a tener tiempo para superar la eventualidad.
La cota actual del embalse de Guri podría obligar a disminuir más generación. Una unidad de Guri genera 700 MW, es la mitad de la demanda de Caracas. Si comienzan a salir no hay capacidad térmica para suplantar ese tipo de eventualidad lo cual obliga a intensificar el racionamiento que existe.
Para que siga funcionando Guri, debe intensificarse el racionamiento. El problema va a ser el año que viene, porque hasta tanto no recuperes los niveles de Guri siempre tendrás una espada de Damocles.
– Si usted fuera ministro de Energía Eléctrica, ¿qué medidas tomaría en este momento para reducir el impacto?
– Racionamiento intenso. Ese racionamiento implicaría que tendrías ciudades sin electricidad entre 6 y 10 horas continuas. La visión más dramática es sacar 6 mil MW del sistema, apagando la casa de máquinas II, eso es como apagar tres veces la demanda de la ciudad de Caracas.
El ministro Motta Domínguez sabe que no puede hacer nada, lo dijo en febrero cuando anunció que se llegaría al colapso en abril. La única cosa que pudiera ocurrir para revertir la situación es que caiga un diluvio de una semana lloviendo en las cabeceras del Caroní, para que el agua comience a subir, pero las lluvias no se esperan sino para mediados de mayo.
– En las actuales circunstancias con el embalse en el nivel actual y la aún lejana previsión de lluvias, ¿es factible que se detenga la casa de máquinas II?
– Deben cerrar la casa de máquinas II. El manejo del Guri debe garantizar la seguridad del personal que labora en Guri y la seguridad física de las unidades. En lo que el embalse entra a la cota 244, el manejo de Guri debe ser más previsivo para evitar riesgos.
– Pese a la indisponibilidad termoeléctrica ¿se puede sumar algún aporte térmico al sistema eléctrico? ¿Se pueden contratar barcazas generadoras?
Al llegar a la cota 240 metros sobre el nivel del mar (m s.n.m.), ocho turbinas de la casa de máquinas II de Guri deben detenerse por la escasa su emergencia que puede ocasionar daños en las unidades y mini explosiones. | ||
– Los 6 mil MW que se sacarían en hidroelectricidad no los tienes térmicamente. Las barcazas no están en los anaqueles como estaba la Harina PAN, cualquier cosa necesita dinero y tiempo. Si tuvieras dinero, no tienes tiempo, te lo comiste.
En el caso termoeléctrico, tratan de reavivar Planta Centro pero vuelvo a insistir. Suponte que entren 800 MW, eso alivia la problemática pero no la resuelve, porque estás sacando 6 mil MW.
– ¿Cuáles serán los sectores más afectados? ¿Existe disponibilidad para garantizar el combustible a aquellos sectores con plantas generadoras?
– La población completa, cuidando ciertas condiciones como hospitales y clínicas. En el caso del combustible para plantas, es mucho más problemático porque funcionan con diésel o gasolina y tanto en el diésel como en la gasolina no existen disponibilidades a nivel nacional, sobre todo del diésel, que necesita almacenamiento.
Es importante que la población sepa que no debe ir a generar su electricidad por razones de seguridad. El almacenamiento del combustible es peligroso y cuando prendes un motor debe ser al aire libre por la emisión del dióxido de carbono (CO2) que es altamente peligroso. Esas unidades no se pueden activar en apartamentos.
Los sistemas eléctricos se hacen para que nunca fallen. Lo que estamos viendo es un sistema eléctrico no racional.
– ¿Aumentarán las fallas eléctricas no programadas de forma prolongada?
– Sí, de hecho lo tenemos. Lo de Semana Santa se sabía que no iba a servir porque la gente consume más en la casa que en el trabajo.
– ¿Cuál sería el escenario actual si Tocoma estuviera operando?
– Ayudaría, todo lo que puedas introducir al sistema ayuda a paliar la vicisitud. Pero Tocoma está muy lejos (de empezar a generar), un año al menos para que entre en servicio una unidad. Eso no está terminado.
– ¿Qué hacer a futuro para evitar otra crisis como ésta?
– El próximo año esta situación no se repite si y solo si el sector termoeléctrico responde a las necesidades. En generación, está Guri y las centrales hidroeléctricas y como sistema complementario están las termoeléctricas que debieron generar hace ocho meses atrás para que el Guri no llegara al punto en el que está. Eso se llama mal manejo del agua.
Esta crisis comenzó en el 2008, tenemos ocho años de crisis eléctrica, pareciera que al Gobierno no le interesara.
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