La pobreza aumentó en los años de mayor ingreso petrolero

La pobreza aumentó en los años de mayor ingreso petrolero

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Para llegar desde Palo Verde hasta su casa en Fila de Mariches, Beatriz Ribas debe subirse al Metrocable, bajarse en Las Tapias y tomar una camionetica. Al llegar a la zona donde vive tiene que bajar a pie una empinada escalera en la que no hay pasamanos, sino suelo desgastado. Al fondo, en una vivienda hecha de bloques y techo de zinc, residen ella, su esposo y sus tres hijos, publica El Nacional.





MARÍA FERNANDA SOJO
MFSOJO@EL-NACIONAL.COM

El jueves, cerca del mediodía, Ribas, de 45 años de edad, hacía una cola en un pequeño comercio en Palo Verde, al que llegan con frecuencia productos regulados. Al ver que el tiempo pasaba y seguía sin poder comprar, pensaba que le iba a tocar hacer el recorrido de regreso a su casa con las manos vacías.

Ese día ni ella ni su esposo ni ninguno de sus hijos había desayunado. El miércoles se habían comido la harina de maíz que les quedaba y no tenían dinero para comprar el producto con sobreprecio. “Ser pobre es muy duro, son muchos los días que nos toca dormir sin comer. A veces podemos comprar un plátano y hacemos tostones. Cuando tenemos harina resolvemos con arepas. Si no hay nada nos toca aguantar”, aseguró.

El salario mínimo que cobra el esposo de Ribas (11.578 bolívares) y los 2.000 bolívares a la semana que ella gana por limpiar en casas de familia no les alcanzan para hacer un mercado que les permita cubrir las tres comidas. Mucho menos les da para pagar servicios básicos. Ni siquiera tiene agua por tubería, sino que llena un tanque en la casa de un vecino. A uno de sus hijos dejó de enviarlo a la escuela cuando estaba en tercer grado porque no tenía cómo pagarle el pasaje. El niño ahora tiene 13 años edad. Ella asegura que está haciendo gestiones para que él vuelva a estudiar.

“Esta es la primera vez que yo siento todo tan difícil. Antes uno conseguía algo de dinero, iba al mercado y compraba. Ahora no puedes, hay muchas colas y todo es muy caro. Cada vez somos más los pobres”, agregó.

Más ingresos, más pobres

Recientemente la Comisión Económica para América Latina y el Caribe publicó el Panorama Social 2015, en el que se indica que el año pasado la tasa regional de pobreza aumentó a 29,2% (175 millones de personas) y la tasa de indigencia a 12,4% (75 millones de personas). Sin embargo, el incremento de los que vivían en condiciones de pobreza no se dio por igual en todos los países de América Latina. Fue en Venezuela donde más aumentó, además de México y Honduras.

La Cepal reportó que entre 2010 y 2013 la tasa de pobreza en el país subió 4,9% para ubicarse en 31,2% y según las proyecciones en 2014 y en 2015 la cifra fue aún mayor.

El incremento de este problema en el país también fue advertido por los investigadores de las universidades Central de Venezuela, Simón Bolívar y Católica Andrés Bello, que llevaron a cabo la Encuesta de Condiciones de Vida, presentada en noviembre del año pasado. El documento reportó que mientras en 2014, 48,4% de los hogares y 52,6% de las personas estaban en situación de pobreza, el año pasado la cifra ascendió a 73% y 76%, respectivamente.

Paradójicamente los años en los que empezó a aumentar la pobreza en Venezuela, según la Cepal, fueron los mismos en los que se recibieron más ingresos por venta de petróleo. Entre 2010 y 2013 el precio del barril pasó de 72,69 dólares a 98,08 dólares; es decir: 35% más. Solo en 2012, cuando el crudo subió a su pico histórico de 103,42 dólares, Pdvsa tuvo un ingreso de 127,61 millardos de dólares.

Para los especialistas la única justificación para que hayan aumentado los pobres en este periodo fueron las malas políticas implementadas por el Ejecutivo, específicamente las medidas que llevaron a que se deteriorara el aparato productivo, se disminuyera el empleo y se acelerara la inflación.

Asociada a la inflación

Trino Márquez, sociólogo y coordinador de políticas públicas del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico, recordó que mientras el año pasado el Ejecutivo autorizó un incremento de 97% en el salario mínimo, la canasta alimentaria que mide el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros subió 443,2%.

“El precio de las canastas alimentaria y básica en el país ha crecido sin guardar ninguna relación con el nivel de ingreso familiar, por eso la pobreza está asociada esencialmente a la inflación como fenómeno, específicamente a la inflación en los alimentos”, aseguró.

El economista Humberto García Larralde coincidió con Márquez. “La inflación altísima se come cualquier incremento nominal del salario. El empobrecimiento del venezolano es progresivo y en estos años no hubo una verdadera política social que ayudara a las personas con menores recursos”, dijo.

Los especialistas prevén que al cierre de este año la población en condición de pobreza va a ser más porque las políticas del Ejecutivo no han variado. García Larralde aseguró que hasta que no se aumente la producción y se deje de financiar el déficit imprimiendo dinero sin respaldo no se va a controlar la inflación y, por ende, se seguirá deteriorando el poder de compra.