El Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), la mayor fuerza de la oposición del país, afirmó hoy que el Gobierno de Dilma Rousseff “se autodestruyó”, durante el debate previo a la votación sobre un juicio parlamentario contra la jefa de Estado.
EFE
El diputado Paulo Abi-Ackel, uno de los oradores del PSDB, afirmó que “la silla de presidente de la República está vacía” y acusó a Rousseff de provocar el fin de su mandato con sus errores, entre ellos, las maniobras fiscales que sirvieron de argumento jurídico para impulsar el proceso para una destitución.
La decisión de Rousseff que degeneró el “fin” del Gobierno, según Abi-Ackel, fue el nombramiento del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva como ministro, una designación que está en suspenso por una seguidilla de fallos judiciales y que aún debe ser analizada por el Tribunal Supremo.
Carlos Sampaio, también del PSDB, sostuvo que esas maniobras fiscales, en las que la oposición ve una violación a la ley de responsabilidad fiscal, fueron usadas por el Gobierno para “inducir al error al electorado” para hacer creer que la situación económica era mejor que en la realidad.
El líder del PSDB en la Cámara baja, Antonio Imbassahy, afirmó que Brasil “no merece una presidenta desenfrenada, incapaz de gobernar”.
“Tenemos que pasar la página de la impunidad, la injusticia y la corrupción”, manifestó el diputado opositor para pedir apoyo a la votación en la Cámara de los Diputados, que se celebrará este domingo.
Los diputados que respaldan a Rousseff reiteraron que el juicio político carece de base jurídica y por ello se trata de un “golpe de Estado” y también lo rechazaron como un método para la solución de los problemas del país.
“Los problemas del país jamás nos autorizan a acabar con un mandato legítimo. Son los grandes empresarios y los grandes medios los que piden eso. Una cosa es la crítica a un gobierno y otra el golpe. No lo vamos a permitir”, afirmó el diputado Weverton Rocha, del Partido Democrático Laborista (PDT).
En la votación del domingo, para que avance el proceso al Senado, la oposición necesita reunir 342 votos, que suponen una mayoría de dos tercios sobre un total de 513 diputados.
Entonces los 81 miembros del Senado definirán, por mayoría simple, si se inicia el juicio y, en ese caso, Rousseff será apartada durante los 180 días que esa cámara legislativa tendrá para concluir el proceso.
En ese caso, la mandataria sería sustituida por el vicepresidente, Michel Temer, con quien ha roto toda relación y a quien acusó esta semana de ser “uno de los jefes de la conspiración” que, en su opinión, se gesta para recortar su mandato.