Gustavo Tovar-Arroyo: La guerra social y Venezuela

Gustavo Tovar-Arroyo: La guerra social y Venezuela

thumbnailgustavotovararroyoEl origen de nuestro Apocalipsis

Cuando la historia evalúe el enfermizo período político conocido como el “chavismo” determinará que fue para Venezuela la época más degenerada e hipócrita de todos sus tiempos.

Violencia, criminalidad, corrupción, cinismo, sadomasoquismo, crueldad, desprecio, miseria, la suma de los peores y más despreciables valores humanos encarnaron en el “chavismo”. Lo peor de lo peor estuvo ahí, notorio, como un regordete ?pero lujoso? exhibicionismo de inmoralidad.





No exagero. Paséense por la realidad y corroboren lo que digo. Observen como para cada vicio humano hay una referencia chavista, un “revolucionario” que lo encarna. Estallan una tras otra las evidencias.

He ahí el origen de nuestro desconsolador Apocalipsis.

 

Aglutinador de voluntades viles

Con Hugo Chávez ?el supremo vicioso, insigne aglutinador de todas las voluntades viles? floreció en Venezuela una estirpe política cuyas características más visibles son la perversión (Cilia Flores), la mafia (Diosdi Cabello), el cinismo (Jorge Rodríguez), la usurpación (Nicolás Maduro), el parasitismo (Jorge Arreaza), el nuevo riquismo (las Chávez), el sadomasoquismo (Robert Serra), la idiotez (Iris Varela), la crueldad (SEBIN), la prostitución (Fiscalía), la inmundicia (TSJ) y la vagabundería (CNE).

No hay un vicio que no encarne en alguno de los retorcidos personajes que le dan nombre al chavismo. Ninguno se salva.  

Sigo al azar sólo para afianzar la idea. Cambió los paréntesis, que ahora son nombres, notarán que da lo mismo: Pedro Carreño (putrefacción), González López (brutalidad), Rafael Ramírez (corrupción), Tareck El Aissami (terrorismo), Rodríguez Torres (hipocresía), los Flores (narcotraficantes), Escarrá y Ojeda (humillación), Luisa Ortega Díaz (depravación) y Delcy Rodríguez (histeria).

¿Qué se puede esperar de una nación regida por gente de semejante calaña?

 

La guerra social

Ya hablé en mi anterior entrega de la guerra social que el chavismo originó en Venezuela. A diferencia de la guerra civil (que enfrenta a fuerzas opuestas que son identificables), en la social se enfrentan todos contra todos, no se identifican las fuerzas adversas, es un caos de rabias, rencores y frustraciones que se amotinan y liquidan entre sí, Este enfrentamiento lo vemos por todas partes, ocurre día a día sin ley, sin método, sin reglas: una anomia.

Esa guerra está en pleno desarrollo. No es sólo “barbarie” contra “civilización”. Es peor. Es el aglutinamiento de todas las vilezas y perversidades venezolanas (el chavismo) contra las pocas o muchas virtudes y noblezas venezolanas (el venezolanismo).

Lo desconsolador es que el perverso chavismo está subyugando a la noble Venezuela.

¿Lo logrará?

 

Otro paréntesis, el mío

(El poeta escribe lo anterior y se paraliza. Su mano deja la pluma, que desmaya sobre la página en blanco. Su espíritu salta de un lugar a otro buscando palabras que proclamen su zozobra. No lo logra, se extravía. Se sabe parte de una nación que clama su agonía. Las palabras pierden significado, son letras confusas que se clavan como puñaladas. El poeta se desbarata como la nación que describe, estalla y su voz se des com p o n e: oicñasfd spidjf pisdfa ñkjwock sdfjñk ñlsajdfñ pciewnfa poiasdfñkl sapdif piwe toosvkj apivjak.

Twasdfuñ mslwox zqqnda…,  r e  c  u p   era pronto el aire. Se levanta y recoge con sus dedos, la abraza, a su pluma, que se yergue como estandarte de libertad. Y escribe, la fuerza imbatible de una voz instalada en cada una de sus células lo reaniman e inspiran.

Venezuela.)

 

Preeminencia venezolana

Mientras nuestro aliento sea capaz de empañar una lámina de vidrio tendremos fuerza suficiente para luchar contra la maldad chavista, hasta derrotarla. Y lo lograremos, sí que lo haremos.

Pero sin armas, ni balas ni tanques ?así nació el chavismo?, sin rencores ni iras, sin linchamientos ni quemas humanas, con conciencia, sí, con conciencia organizada. No podemos ser como ellos, no podemos ser agentes perversos de la guerra social, tenemos que evitarla.

Venezolano, venezolana…, Venezuela eres tú, lucha por ella, lucha por ti. Luchemos juntos. Sin violencia, sin maldad, sin perversión ni cinismo. Nosotros no somos ni seremos jamás chavistas. Nuestra amnistía, nuestro perdón, nuestra reconciliación, nuestra paz, la conquistaremos respetando la ley con virtud y con honor, pero sin vacilar en nuestra lucha noviolenta. Sé que es difícil, pero tenemos suficiente Venezuela en nuestras células para lograrlo.

Pósate frente a un vidrio, exhala tu aliento, si eres capaz de empañarlo, la Venezuela que hay en ti, que eres, tiene todavía fuerza suficiente para enfrentar y  derrotar a la vileza chavista.

Nosotros somos Venezuela, y lo más humano y digno de Venezuela debe triunfar. Sigamos.

El destino es la libertad.

 @tovarr