El gobierno de Maduro ha fallado en explicar la complejidad del problema eléctrico que vive Venezuela. Una planificación inadecuada, una infraestructura termoeléctrica que no funciona a total capacidad y la exigencia exagerada a la represa del Guri comprometen la capacidad del gobierno para suministrar energía a los hogares, comercios e industrias venezolanas.
Lo cierto es que el racionamiento impuesto por el gobierno nacional no es garantía de que el colapso eléctrico no se produzca en cualquier momento. El Guri se encuentra trabajando cerca del nivel en el que sería necesario sacar de servicio la casa de máquinas 2. Eso provocaría automáticamente un aumento sustancial del déficit de energía que llevaría a racionamientos de 12 horas diarias.
La economía sufriría una caída todavía más acentuada que podría llegar a 16 puntos del PIB.
En lo político las consecuencias serán inevitables para el gobierno. Se hace cada vez más evidente la negligencia y corrupción que nos han traído a una situación menesterosa que puede derivar en un caos social de dimensiones impredecibles.
El análisis es hecho por el ingeniero Nelson Hrnández, el economista Alexander Guerrero y por el polítólogo José Vicente Carrasquero.