Una jueza boliviana dispuso que el presidente Evo Morales y el niño que supuestamente tuvo con Gabriela Zapata se sometan a una prueba de ADN para verificar si el menor es o no hijo del mandatario, como afirma la empresaria, encarcelada por presuntos delitos económicos, informan hoy medios locales. EFE
La jueza de la Niñez y Adolescencia Jacqueline Rada citó a Morales, a Zapata y al niño para que se presenten este lunes en el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) para someterse a la prueba, según una resolución que publicó hoy el diario Página Siete.
“Se dispone que se practique la prueba del examen de ADN entre el niño (…) con el ciudadano demandante, Evo MoralesAyma, la misma que deberá realizarse en dependencias del IDIF”, señala la resolución, fechada el pasado 21 de abril.
La prueba se realizará a solicitud de la defensa del presidente Morales, después de que se conociera que la empresaria presentó al niño ante la Justicia, como lo había exigido el Gobierno.
En declaraciones a la radio Erbol, el abogado de Zapata, Eduardo León, confirmó que se presentarán a la citación de la jueza, aunque expresó su desconfianza en el trabajo del IDIF que, según dijo, “se encuentra extremadamente politizado y depende de la Fiscalía”.
Por ello, demandó que se les permita asistir a la prueba con peritos privados.
Zapata está recluida en una cárcel en La Paz desde el pasado 28 de febrero acusada de supuestos delitos económicos.
El mandatario y la empresaria tuvieron una relación entre 2005 y 2007 y supuestamente en ese último año nació el niño, que ahora tendría entre 8 y 9 años.
La existencia del niño ha sido motivo de polémica desde que la mujer fue detenida, ya que Morales y sus ministros han afirmado que el menor murió poco después de nacer, mientras que otras autoridades dijeron que ni siquiera nació.
En su momento, ante la versión de que el menor sí existía en contra de lo que él afirmaba, Morales presentó una demanda contra Zapata para que presente al menor y ofreció quedarse con él.
No obstante, tras esa petición varias autoridades de su Gobierno insistieron en que el menor realmente no estaba vivo porque no había ningún documento oficial que lo probara.
El mandatario y sus ministros han asegurado varias veces que la polémica es parte de una campaña para desprestigiarlo.