Un grupo de científicos de los Estados Unidos ha creado a partir de la cristalización de proteínas un nuevo material con propiedades auxéticas, que se hace más grueso cuando se lo estira, al aumentar de dimensión transversalmente con respecto a la dirección de estiramiento, publica hoy la revista Nature.
En su artículo, el equipo de UC San Diego dirigido por Akif Tezcan detalla la elaboración de un “cristal de proteína flexible” con propiedades distintas a las de los materiales convenciones, pues “se hace grueso cuando se lo estira, en la dirección perpendicular al estiramiento”.
Además, explican, “cuando se estruja en una dimensión, se encoge en la otra, en lugar de expandirse, y se hace más denso en el proceso”.
Según los científicos, este tipo de material con ese “comportamiento extraño” podría ser útil, por ejemplo, para fabricar la suela de una zapatilla de deporte que se haría más gruesa para absorber el choque al tocar con el pavimento, o para construir chalecos antibalas que se reforzarían al recibir una bala.
“Es una propiedad llamada auxética, que no había sido demostrada previamente a nivel molecular a través del diseño”, declara Tezcan, profesor de química y bioquímica en la universidad estadounidense.
En su experimento, el equipo elaboró una hoja de cristal hecha de proteínas conectadas entre sí en un patrón repetitivo y regular.
Escogieron la proteína llamada RhuA por su forma cuadrada y la utilizaron como si fuera una baldosa para crear la estructura de su material.
“Descubrimos la manera de crear conectores fuertes, flexibles y reversibles para unir las baldosas de proteína en las esquinas”, lo que les permite rotar o cerrarse según las circunstancias, dotando al material de esas inusuales propiedades, dice el director del estudio.
El material diseñado registró un -1 en el coeficiente de Poisson, el sistema que se utiliza habitualmente para medir el estrechamiento de materiales convencionales que se estiran y se encogen en oposición.
En las condiciones químicas óptimas, los cristales del nuevo material se ajustan entre sí perfectamente, casi sin dejar huecos, y “se autoreparan”, explica Tezcan, que precisa que “se trata de un diseño de proteína hecho usando un enfoque basado en la química”.
“Estos materiales son muy fáciles de elaborar y abren muchas direcciones de investigación nuevas, tanto en términos de las posibles aplicaciones como para entender los principios fundamentales del automontaje a nanoescala”, señala. EFE