Aunque el gobierno ha realizado una inversión gigantesca (en publicidad, tiempo y credibilidad) para convencer al país de que la causa del colapso eléctrico es el “fenómeno del Niño”, pocos venezolanos dudan ya de que más bien se trata del “fenómeno de los Niños”, unos jóvenes afortunados que, forrados con unas empresas de maletín, lograron hacerse con 20.000 millones de dólares que ministros y altos funcionarios del gobierno de Hugo Chávez repartieron el 2010, y que para cubrir con termoeléctricas el déficit que ya se veía venir en el suministro de la hidroelectricidad que producía Guri.
Recontemos los hechos: a los 11 años del gobierno de Hugo Chávez (2010) se prenden las alarmas de que el país podía estar al borde de “un gran apagón” porque las inversiones en turbinas y ampliación de Guri, no se habían ejecutado y la búsqueda de una energía alternativa rápida, eficiente y rentable no se veía sino por una inversión en termoeléctricas que trajera los Kvs que ya la represa del Caroní no garantizaba.
Es el momento en que se activan dos tipos de corruptos; los de la burocracia gubernamental que por un decreto presidencial podía comprar sin licitar, y los eternos vendedores del sector privado que, válidos de influencias aún no precisadas, pueden traer las ofertas para que, a costos altísimos y sin ningún control de calidad, la casta de la burguesía roja siga aumentando.
Quiere la leyenda que, frente de la primera se encuentre el ministro de Energía Eléctrica de la época, Alí Rodríguez y, desde luego que, el presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, que es el feliz y generoso proveedor de los 20 millardos. Y de la segunda, unos muchachos que por extrañas circunstancias, no se sabe si partidistas, religiosas o misteriosas, aportan la empresa que realizará el milagro de que Venezuela no se quede sin luz.
Se trata de una empresa de maletín constituida por unos chicos de apellidos al parecer de linaje que, sin experiencia, currículum ni realizaciones en el ramo, llevaron a cabo un atraco que, no hay duda, tendrá su capítulo en una futura historia de la economía o del delito.
Son los “Niños” que el país ve hoy como la causa del colapso eléctrico y que, válidos del gobierno más corrupto que conoce Venezuela, tiene hoy a 28 millones al borde del trauma de alumbrarse con velas.