Es la mejor manera de definir a este bochornoso TSJ que desconoce abiertamente la Constitución, actualmente usurpado por mediocres abogados del oficialismo reaccionario, carentes de credenciales, pero obsecuentes, pobres diablos y aduladores del régimen parado que no tiene respuestas ni soluciones a los vastos problemas nacionales sino que los ha profundizado.
El régimen parado y prontamente sacado, dirigido por un atajo de vagos aferrados cual ventosas a la tabla de salvación de mantenerse como sea en el poder, para evitar ser juzgados por los latrocinios y crímenes cometidos, indefectiblemente será eyectado al final del día por la fuerza soberana arrolladora de la Voluntad Popular. Es cuestión de tiempo, las cartas ya están echadas y el destino alcanzará a este régimen podrido y sojuzgador del pueblo, que lo tiene aprisionado en una crisis humanitaria de salud y hambre jamás conocida por los venezolanos.
Tanto desgañitarse gritando que la OEA no sirve para nada y no tardará mucho para que el organismo americano dé un viraje que le dé sentido a su existencia y haga cumplir los compromisos democráticos suscritos por los Estados miembros y se le aplique ejemplarmente la Carta Democrática al régimen forajido. Es cuestión de tiempo, el escenario internacional cambia abruptamente, el gigante Brasil dará un giro democrático y llegan a su fin hegemónico los secuaces rojos rojitos Lula- Dilma. Esperemos el cambio favorable de viento de la OEA, que abandonará su desviado rol de club de presidentes reelectos con artimañas del Foro de Sao Paulo, atornillados infamemente con la otrora chequera corruptora del que les conté.
Una cosa tenemos clara los demócratas: la manera como salgamos de este engendro militarista civil facistoide marcará el tipo de sociedad que formaremos. Queremos salir con la fuerza legítima de la voluntad popular, no queremos nada con una cúpula militar entregada al régimen que las beneficia y enriquece impúdicamente y por lo tanto se siente obligada a arrastrarse y correr idéntica suerte de su desprestigiado mentor. No le queda otra. El solo nombre de la Haya le produce culicardia.
Los civiles no dan golpe de Estado y los golpes militares ayudarían a encubrir un autogolpe ideado por la comandita de bandidos con la firme pretensión de brindar impunidad a los funcionarios harto cuestionados que llevan 18 años en el poder. En esa trampa casabobos no caeremos los de la alternativa de cambio.
Sabemos distinguir entre la cúpula militar corrupta aferrada al poder y con cuentas pendientes ante la Justicia y la Fuerza Armada Nacional en el fondo comprometida con la Democracia y que nunca debemos olvidar que su acatamiento a la Constitución fue clave para la derrota de la insurrección castrocomunista en los años 60.
¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!