Autoridades locales, que han trasladado a mayo esta manifestación típica de fechas navidades para unirse así al circuito de carnavales de la región y tratar de atraer turismo. Alfonso Rodríguez/EFE
Quentin Woodside, al frente del Museo del Junkanoo de Nassau, explicó hoy en entrevista con Efe que se trata de una expresión cultural de los africanos traídos hace siglos a Bahamas por los ingleses, para convertirse en una continuación en las islas atlánticas de la música del continente negro.
Una de las versiones más extendidas cuenta que la palabra junkanoo tiene como origen el nombre de un príncipe africano, John Canoe, quien en el siglo XVII derrotó a los ingleses en su reino del continente negro, donde, se dice, los europeos contaban con un fuerte conocido como Brandenbury.
La gesta significó una fuente de orgullo para los africanos, que cuando eran llevados como esclavos a Bahamas idolatraban aún al príncipe que había derrotado a los ingleses durante sus cánticos, de lo que quedó para siempre el nombre de junkanoo.
“Es la manifestación de lo que llevamos más dentro de nosotros”, cuenta Woodside, una de las principales autoridades de esta manifestación cultural de Bahamas, que, además de estar al frente del museo, dirige Barabbas y la tribu, una de las bandas que en época navideña compiten por hacerse con el concurso de grupos de junkanoo.
Más de 20 bandas de junkanoo luchan cada año los días 25 y 26 de diciembre y 1 de enero por ser elegida como la que mejor música interpretan y más curiosos trajes exhiben sus miembros.
Quienes desfilan portan gigantescas diademas, faldas y adornos, todo confeccionado con cartón duro, un trabajo que requiere una esmerada labor artesanal.
Durante los desfiles que atraviesan las calles de Nassau, los grupos incluyen en sus recorridos unas características carretas decoradas con todo tipo de figuras de cartón construidas por artesanos, parecidas, salvando las distancias, a las de las conocidas Fallas de Valencia en España.
En cuanto a lo puramente musical, Woodside apunta que el junkanoo contaba inicialmente con elementos religiosos, aunque actualmente esa connotación prácticamente ha desaparecido.
Durante el carnaval, el junkanoo que se escucha en la calles de Nassau no es tan puro como lo era originalmente, ya que se permiten ciertas libertades, aunque la esencia y el ritmo se mantienen.
Aunque los grupos de junkanoo han puesto desde siempre su máximo esfuerzo en las fechas navideñas en las que compiten para ser elegidos como los mejores en música y vestimenta por los jurados, el Gobierno de Bahamas decidió el pasado año crear el Carnaval Junkanoo, con la intención de integrarlo en el circuito de carnavales que se celebran en la región durante los meses de la primavera.
El Gobierno de Bahamas quiere así promocionar un ritmo del que los bahameses están orgullosos y que de paso contribuya a promocionar el archipiélago atlántico, al que como en la mayoría de lugares del mundo golpeó la crisis económica que comenzó a mediados de la pasada década.
La cultura de Bahamas y en primer lugar el junkanoo es la apuesta de las autoridades locales para que el archipiélago atlántico deje de ser visto como una simple parada de los cruceros que recorren el área, en especial los que salen desde la ciudad estadounidense de Miami.
La segunda edición del Carnaval Junkanoo que se celebra estos días en Nassau incluye las actuaciones de artistas locales Elon Moxey, Willis & the Illest and Qpid, el músico de Trinidad y Tobago Kerwin Dubois, su compatriota Farmer Nappy, Rupee (Barbados), Fada Fox y Ricardo Dru (Trinidad y Tobago).
Además, la noche del viernes actuaron varias bandas de junkanoo para competir por un premio de 50.000 dólares y un contrato para grabar un disco con Sony Music, que colabora el evento. EFE