El senador republicano por Florida y exaspirante a la Presidencia de EE.UU., Marco Rubio, descartó hoy ser considerado como compañero de fórmula del virtual nominado conservador, Donald Trump, como candidato a la Vicepresidencia.
EFE
“Mientras los votantes republicanos han optado por Donald Trump como el presunto candidato republicano, mis ya reiteradas reservas sobre su campaña y mis preocupaciones sobre muchas de sus políticas se mantienen sin cambios”, dijo Rubio en un escueto comunicado a través de su cuenta oficial de la red social Facebook.
“(Trump) estará mejor acompañado por un compañero de fórmula y por unos simpatizantes que abracen plenamente su campaña. Por ello, no he buscado, no busco y no quiero ser considerado para ser vicepresidente”, argumentó el senador.
Rubio abandonó la carrera presidencial al perder frente a Trump las elecciones primarias republicanas de Florida, el estado al que representa en el Senado, y apenas obtener tres victorias, en Minesota, Puerto Rico y el Distrito de Columbia.
“Voy a centrar mi atención en la representación de la gente de Florida, en mantener una mayoría conservadora en el Senado y en la elección de principios conservadores en todo el país”, concluyó el legislador.
Desde que Trump venciera la semana pasada en las primarias de Indiana, provocando la salida de sus dos últimos rivales, el senador por Texas Ted Cruz y el gobernador por Ohio, John Kasich, los rumores sobre quién será su candidato a la Vicepresidencia se han incrementado.
El magnate, que no cuenta con ninguna experiencia política, ha reiterado que esa persona será alguien que tenga una carrera previa en ese terreno, pero el Partido Republicano ha evidenciado estar dividido frente a su candidatura y muchos de sus miembros se han echado a un lado.
Aunque el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, y el presidente del Comité Nacional Republicano (RNC, en inglés), Reince Priebus, han llamado a la unidad y a apoyar a Trump como aspirante elegido por los votantes, otros pesos pesados del partido, como el presidente de la Cámara baja, Paul Ryan, se han mostrado reticentes.