Este martes la Asamblea Nacional exhortó al Tribunal Supremo de Justicia, Consejo Nacional Electoral y Ejecutivo a cumplir con la Constitución. ¡Bingo! A dar el ejemplo pues, y decreten sin más demoras la inconstitucionalidad del mandato de Nicolás Maduro como Presidente de la República, por no haber demostrado “ser venezolano por nacimiento y sin otra nacionalidad” como lo manda la Constitución.
Ya basta de esperar que el señor Maduro se digne a mostrar la tantas veces solicitada Partida de Nacimiento, que -al parecer- no posee. De tenerla, hace años la hubiese presentado.
Es requisito indispensable al momento de inscribir candidatos para optar a la primera magistratura nacional, el que cada uno de los aspirantes la lleve entre sus recaudos. La confesión reciente de la presidente del CNE, Tibisay Lucena, de no haber exigido la Partida de Nacimiento y el certificado de no poseer doble nacionalidad ni a Maduro ni a ningún otro candidato, coloca a la funcionaria en mora con la justicia. No hay que perder tiempo, los diputados deben abrir un proceso de averiguación administrativa contra todos y cada uno de los miembros del Directorio del CNE que, con su negligencia al incumplir el mandato constitucional de verificar los recaudos para ser presidente de la República, ocasionó el desempeño en fraude y usurpación del cargo de Nicolás Maduro Moros.
Un amigo me comentaba de manera epistolar, que no es iluso o ingenuo exigir el desconocimiento de la autoridad usurpada por Maduro por parte de la Asamblea Nacional, “son realidades concretas el lugar de nacimiento y la doble nacionalidad de quien se apropió indebidamente de la Presidencia de Venezuela. La ley se tiene que cumplir y respetar”
Que la Asamblea haya exhortado también al Tribunal Supremo de Justicia a cumplir con la letra de la constitución, es correcto; pero no podemos olvidar que ese Tribunal es inconstitucional ya que al designar la Asamblea saliente a 13 de sus magistrados incumpliendo con los lapsos pautados en la constitución y las leyes, así la califica.
El pueblo venezolano se aferró con fe el pasado diciembre a la oferta de cambio propuesta por la Mesa de la Unidad. Se paró y salió en masa a depositar su voto con esperanza. Hoy, ese mismo pueblo anda en la calle, en colas, buscando algo para comer, medicinas para recuperar la salud, angustiado por el hampa que la rodea y amenaza de muerte. Los diputados no deben darle la espalda y defraudar sus aspiraciones de democracia, libertad, justicia y calidad de vida.
Termino con una frase que siempre repetía un gran poeta y político: “Cuando se muere en el corazón del pueblo, no se tiene derecho ni a la resurrección”.
El exhorto es pues también con los diputados que conforman la Asamblea Nacional.
@NituPerez