Dilma Rousseff se dirigía a sus simpatizantes tras ofrecer declaraciones ante los medios, allí afirmó que la suspensión de su mandato no se trata de un impeachment, sino de un golpe de Estado.
Según Dilma, el juicio político en su contra “es de las más grandes brutalidades que pueden cometerse contra un ser humano por un crimen que no cometió”.
Mientras la mandataria suspensa pronunciaba sus palabras, un pensativo y serio Lula da Silva estaba a sus espaldas.
El expresidente brasileño tampoco ha sido olvidado por la justicia, en marzo de este año fue puesto bajo investigación formal por la Fiscalía de Sao Paulo por varias acusaciones incluyendo lavado de dinero.
Lula da Silva fue detenido para ser interrogado como parte de la investigación del caso de corrupción en la petrolera Petrobras y posteriormente liberado. No obstante, las investigaciones aún continúan.
