El presidente Nicolás Maduro se refirió a la destitución de su homóloga brasileña Dilma Rousseff, ante lo que expresó que fue llevada a cabo la primera fase de un golpe de Estado contra Brasil para neutralizarlo, en un nueva muestra de intromisión en los asuntos internos de otras naciones.
Según Maduro, el juicio político contra Rousseff constituye un golpe de Estado en contra de toda Sudamérica y el bloque de los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
“Venezuela repudia y rechaza la canallada que se ha hecho contra esta mujer brasileña y gran líder latinoamericana Dilma Rousseff”, dijo.
Añadió Maduro que “detrás de estas acciones está la mano de ‘Made in USA’ y los intereses de Obama en contra de América Latina”.
El mandatario pidió a los jefes de Estado del continente, así como a los líderes de movimientos sociales y políticos de la región “a levantar una voz de dignidad, a levantar una voz de justicia” en solidaridad con Rousseff y contra el supuesto plan que hay para atacar, también, a su Gobierno “revolucionario”.
En este sentido, indicó que mañana hará unos anuncios “muy importantes” para “defender la unión de Venezuela, la integridad, la paz y la democracia” del país.
“He venido trabajando algunas ideas para cerrarle el paso al golpismo, a la violencia, al fascismo, y pido el apoyo de todo el país y de todo el pueblo, de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, la unión cívico militar”, señaló.
Mientras Maduro ofrecía estas declaraciones, un grupo de chavistas se concentró en la Plaza Bolívar de Caracas para solidarizarse con Rousseff y apoyar la tesis del presidente de las “pretensiones imperiales” sobre los Gobiernos de izquierda en la región