En el año 2015 la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), realizada por el Observatorio Venezolano de Salud, la Fundación Bengoa y el Centro de Estudios de Desarrollo de la UCV (Cendes), arrojó que los venezolanos comieron menos y peor el año pasado. De 1.488 personas encuestadas, el 12,1% aseguró que de las tres comidas que se deben consumir a diario solo ingirieron dos o menos porque al 87% de la población no le alcanza el dinero para satisfacer sus necesidades, publica El Universal.
De acuerdo con el estudio, el desabastecimiento ha obligado a las familias a adoptar una alimentación distinta a la que tenían acostumbrada. Nixa Martínez, presidenta del Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Venezuela, lo confirma. “La dieta del venezolano se ha modificado drásticamente en los últimos años. En este año se ha visto más desabastecimiento que nunca. La gente ha optado por reemplazar una comida completa por una especie de merienda. Nos hemos encontrado con madres que le suministran somníferos a sus pequeños para prolongar el tiempo en el que deben comer”, manifestó Martínez quien sugiere que los alimentos que aportan los nutrientes necesarios para el organismo (proteínas, carbohidratos y grasas) sean sustituidos de manera provisional por vegetales, verduras, hortalizas, frutas, cereales y yogur, los cuales aportan los nutrientes necesarios para el organismo, siempre y cuando sean ingeridos más de una vez al día.
La crisis alimentaria, dieta de supervivencia o dietas monótonas, denominadas así por expertos en tema alimenticio, pasaron a convertirse en el menú diario de los ciudadanos. La harina de maíz, arroz, pastas y grasas, productos que encabezan la lista de la escasez en el país, son reemplazados por verduras, hortalizas, frutas y cereales porque es lo que los venezolanos encuentran en los supermercados.
En un recorrido realizado por el centro de Caracas se evidenció que muchas de personas suplen el almuerzo por alimentos que se consumen durante el desayuno, como empanadas, cachitos o cachapas.
En tal sentido, nutricionistas de la Fundación Bengoa señalan que tal situación ha incrementado el sedentarismo en los ciudadanos, no solo por el mal comer sino porque el tiempo que pueden dedicar a ejercicios lo invierten en hacer colas para adquirir alimentos.
La presidenta del Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Venezuela hace un llamado a los entes gubernamentales para que aumenten la producción y puedan garantizar el derecho a la alimentación.